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Barcelona busca acercarse a Octavos en Praga

PRAGA -- Ernesto Valverde calificó la visita al Eibar, el último sábado, como “la prueba del algodón”, manifestando con esta simple frase la dificultad que el pequeño campo de Ipurua representa para los visitantes, por más que se sentencie el partido con una solvente victoria.

Como fue el caso. Cuatro días después el Barça pasa otra ‘prueba del algodón’ en Praga, enfrentado al teórico rival más débil del grupo de Champions… Y que provoca no pocas reservas en el cuerpo técnico azulgrana.

En octubre, tal como cuando se celebró el sorteo en agosto, el doble enfrentamiento ante el Slavia es contemplado como “trascendental” en la carrera por los octavos de final. Entendiéndose de alto riesgo los choques entre Barça, Inter y Borussia Dortmund, arrancar los seis puntos frente al campeón checo se considera imprescindible, pero vistos sus dos primeros partidos la alerta es máxima.

En la primera jornada arrancó un empate en San Siro que pudo ser victoria, por cuanto el Inter no igualó hasta el último suspiro y en la segunda tuteó de principio a fin a un afortunado Borussia Dortmund, que le venció por 0-2, no sentenciando el equipo alemán hasta la recta final del choque y viéndose hasta entonces superado en todas las estadísticas del juego: remates, posesión, corners.

“Es un equipo muy dinámico, fuerte en la presión y rápido en el repliegue”, se especifica en los informes que maneja Valverde del Slavia.

Para el Barça, atendiendo de reojo lo que ocurra en Alemania, su regreso a la República Checa, ocho años después de su última visita que sentenció con un imparable 0-4 sobre el Victoria Plzen, se dibuja con el objetivo indispensable de sumar una victoria que le acerque a los octavos de final, que dejaría muy cercanos en caso de sumar los seis puntos consecutivos en juego ante el Slavia.

Disfrutando de fiesta el próximo sábado tras el aplazamiento de un Clásico que amenaza con prolongar la polémica durante algunas semanas más, la plantilla preparó desde el lunes a fondo este partido de Praga, atendiendo a que se enfrentará a un equipo muy largo y en el que destaca “su capacidad para adaptarse al sistema del rival” de acuerdo a lo observado.

SIN RESERVAS

Atendiendo, de esta manera, a la importancia de un partido que significa el ecuador de la fase de grupos, a la que el Barça no llega precisamente sobrado de puntos ni ventaja en la clasificación, Valverde encarará el choque sin reservas de ningún tipo.

Pudiera repetir el once de Eibar con el único cambio de Semedo en lugar del lesionado Sergi Roberto, además del regreso de Piqué al eje de la zaga, en una alineación que poco a poco va calando en el entorno del Camp Nou, entendiéndose a Arturo Vidal, fundamental en la victoria sobre el Inter en la segunda jornada, y Dembélé, a punto otra vez, como dos piezas a tener en cuenta, si no para entrar en el once sí para tener protagonismo durante el encuentro.