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El 2017 de los dos ascendidos y los dos descendidos del FPC

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El reloj de arena va marcando las últimas horas de un 2017 que se llevará consigo momentos especiales en el fútbol profesional colombiano. Algunos más que otros, en una temporada donde un equipo logró, por primera vez en su historia, ascender a la máxima categoría del balompié ‘cafetero’, así como otro regresó después de haber librado una gran batalla en el infierno de la B durante 13 meses. Sin embargo, la tristeza también embargó a dos clubes que deberán afrontar el 2018 en la segunda división.

La alegría de Leones FC y Boyacá Chicó se contrasta con la de Cortuluá y Tigres FC. Estos son los dos ascendidos y los descendidos, respectivamente, del 2017 en el fútbol colombiano.

La utopía hecha realidad del ascendido

Solo quien estuvo en el infierno de la B conocerá qué es llegar a la primera categoría. De ello pueden dar fe Boyacá Chicó y Leones FC, quienes deberán prepararse con miras a un 2018 que los enfrentará con clubes grandes de Colombia. Ambos equipos fueron campeones en un semestre en el Torneo 2017.

El primero en hacerlo fue Boyacá Chicó, que se coronó campeón del primer certamen del año. Finalizó en la quinta casilla del todos contra todos, sumando 27 puntos, metiéndose así a los play-offs, donde enfrentó a Llaneros FC en los cuartos de final.

Los ‘Ajedrezados’ derrotaron a los de Villavicencio por global de 3-2, para meterse en las semifinales donde se cruzaron con Cúcuta Deportivo, librando una gran batalla que acabó con un agregado de 7-6, tras un 5-2 a su favor, en la ida, y un 4-2 en contra, en la vuelta.

En la final, Chicó derrotó a Real Santander con global de 4-3, asegurando una plaza para la gran final del Torneo, donde se decidiría uno de los ascendidos.

Para el segundo semestre, la historia le perteneció a Leones FC, que se coronó campeón del dicho campeonato y aseguró su cupo a la A de inmediato, tras haber sido el mejor equipo de la reclasificación, con 70 puntos en total en 40 partidos disputados.

El conjunto antioqueño inició su camino clasificando a ‘play-offs’ en el todos contra todos con 30 puntos, en 16 encuentros, ocupando la cuarta posición de la tabla, con nueve partidos ganados, tres empatados y cuatro perdidos..

Siendo uno de los cabeza de serie, en cuartos de final superó a Orsomarso, por penales, tras perder en la ida, por 1-0, y empatar el global en su casa. Desde los doce pasos, los ‘Felinos’ ganaron por 4-2.

En semifinales, Leones chocaría con el segundo mejor equipo del año en la B, Cúcuta Deportivo, al que superó con un global de 4-3, para meterse a la final donde se cruzó con Llaneros.

Los ‘Felinos’ le darían cátedra al equipo de la Media Colombia al vencerlo en la ida, por 4-1, e igualar en casa sin goles. De esa manera, se convirtió en el quinto club de Antioquia en primera división junto a Atlético Nacional, Medellín, Rionegro Águilas y Envigado.

Posteriormente, en la gran final del Torneo, Boyacá Chicó conseguiría el título del 2017 en la B para asegurar su ascenso a la máxima categoría después de 13 meses en segunda división, donde no jugaba desde que llegó a primera en 2003.

El infierno para los descendidos

La tabla del descenso por promedio es un castigo para los equipos de la primera división del FPC que hayan completado cuatro campañas seguidas de malos resultados. La víctimas en 2017 fueron Cortuluá y Tigres FC; el primero descendió con suspenso en los últimos cinco minutos de la fecha 20 mientras que el segundo regresó a su habitat después de un año.

Por un lado, Tigres FC, de la mano de Jhon Bodmer, no pudo cuajar un buen rendimiento a lo largo del año, sumando 45 unidades en 40 partidos disputados por Liga a lo largo del 2017.

El cuadro bogotano firmó su descenso a la segunda categoría restando cuatro fechas para finalizar la fase de todos contra todos de la Liga II-2017. Al bajarse el telón de la campaña, Tigres acumuló 118 unidades en la última casilla de la tabla del descenso.

En todo el 2017, el conjunto ‘felino’ sumó 11 victorias, 12 empates y 17 derrotas en 40 encuentros por Liga. Su consuelo es haber logrado victorias significativas como ante Atlético Nacional, el 12 de noviembre; sobre Santa Fe, el 13 de octubre; y Junior, el 8 de abril.

Por su parte, Cortuluá vivió más intensamente su descenso en una año para el olvido, que inició mal con un primer semestre fatídico donde finalizó de último, en el todos contra todos. El cuadro vallecaucano sumó 18 puntos de 60 posibles y cayó a la casilla 17 del descenso con 108 unidades.

El rendimiento obligó al despido de Jaime de la Pava de la dirección técnica, por lo que las directivas le entregaron la potestad al vallecaucano Néstor Otero, asumiendo una misión complicada donde debía luchar la permanencia ante Jaguares, América y -en última instancia- Atlético Bucaramanga.

La situación mejoró en el arranque del semestre, donde ganó encuentros claves como ante Tigres y Bucaramanga. Sin embargo, desde octubre hasta noviembre, Cortuluá sumó seis derrotas consecutivas, lo que empezó a preparar el terreno para un dramático final.

Precisamente, en la última fecha, tras vencer a Huila y empatar con Alianza en la jornada 18 y 19, respectivamente, debía cruzarse con el eliminado Once Caldas. Los dirigidos por Otero empataban (1-1) a los 90 minutos mientras que, en Cali, América derrotaba a Bucaramanga, que se iba a la B. Sin embargo, un descuido en la defensa tulueña los de Manizales celebraron la victoria, por 2-1, confinando a Cortuluá al descenso tras dos años en la primera categoría.

Tras la catástrofe, Otero fue despedido de la dirección técnica y las directivas continúan buscando el timonel para la próxima temporada, donde afrontarán el infierno de la B.