Fútbol Americano
Rafael Rojas Cremonesi 6y

Wuilker Fariñez: "Pensamos, queremos y soñamos con ser campeones"

El joven acaba de cambiar de ciudad y de país. Es la primera vez que se radica en una nación distinta a la suya. Sin embargo, mientras conoce su nuevo lugar de residencia, en una caminata por su zona más comercial y chic, se encuentra con un ambiente muy familiar.

Varios de sus compatriotas atienden una barbería en la llamada Zona T de esta ciudad, quienes reciben con cariño a uno de los suyos. Lo reconocen de inmediato. 

Wuilker Fariñez se deja atender y complace todas las peticiones de fotos que le hacen. Mantiene una característica que ha agradado desde su llegada a Colombia: sencillez y tranquilidad. El ojo desprevenido podría dudar si se trata, efectivamente, de una de las adquisiciones más anticipadas del próximo semestre en el Fútbol Profesional Colombiano, después de convertirse en una de las sensaciones de las recientes eliminatorias mundialistas.

Su breve paso por la barbería de la glamorosa calle 82 le ayuda a disfrutar del ambiente de Bogotá. Tal como ha sido el caso durante toda su aún corta carrera, llena de promesa, prefiere un rato de discreción y no hacer ruido. Poco parece que se trata del guardameta recientemente catalogado por ESPN FC como uno de los 10 mejores jóvenes futbolistas latinoamericanos, que llegó a tapar disparos nada menos que de Luis Suárez y de Lionel Messi, que se ha ganado elogios de gente de la talla de René Higuita y que ahora llega a uno de los clubes más tradicionales de Colombia, Millonarios FC, próximo a defender su campeonato obtenido en diciembre.

“El clima es un poco fuerte, no estamos acostumbrados. Esperamos hacerlo pronto, si Dios quiere”, expresa Faríñez, en su costumbre de utilizar el plural en primera persona, quizás en un intento de evitar el “yo” que podría confundirse con arrogancia. Bogotá en estos días se complace de hacerle honor a su apodo de “la nevera”, con temperaturas que alcanzan los 10 grados y con fuertes granizadas ocasionales. “Nos hemos sentidos muy contentos porque he recibido una atención muy grata y mucho cariño de los colombianos desde el momento de mi llegada”.

Tiene varios retos por delante: buscar la titularidad en uno de los equipos más mediáticos y arraigados de la Liga Colombiana, afrontar su primera Copa Libertadores de América en fase de grupos y, de forma implícita, ganarse a la exigente hinchada embajadora, que hasta ahora lo ha recibido con los brazos abiertos. Al final, se trata de mayores aprendizajes y experiencias para un joven que apenas cumplirá 20 años el próximo mes de febrero.

El novel arquero venezolano conversó con ESPN sobre sus orígenes, la experiencia que representó para él defender los colores de Venezuela en torneos internacionales y sus expectativas ante lo que será su primer reto profesional en un club fuera de su país.

CATIA, uno de los sectores más populosos de Caracas, fue el lugar en el cual Faríñez aprendió a jugar al balompié. El fútbol corre por sus venas y por motivos personales fue esta disciplina la cual lo cautivó desde muy pequeño; en un país donde, aunque el fútbol ha mostrado ganas de crecer, sigue quedando por debajo del béisbol en las preferencias populares.

“Cerca de mi casa hay una cancha de fútbol y la mayoría del tiempo me la pasaba metido allí”, comenta Faríñez. “Era de tierra, no tenía césped. Entonces, llegaba a la casa lleno de tierra. A veces me regañaban, hasta que entendieron que era algo normal porque la cancha era así. A mí me quedó una frase que siempre me decía mi tía: “Cancha es cancha”. Esa frase permanece, porque esta es mi pasión. Compartía mucho con mis amigos en ese lugar y allí pasé muchas de las experiencias que me formaron como persona”.

“Mi papá fue parte fundamental en la decisión que tomé de asumir esta carrera”, expresó. “Siempre me ha apoyado, él fue arquero. Justamente, poder seguirle fue una de las razones por las cuales decidí hacerme arquero. Estoy esperanzado, Dios mediante, de poder seguir dándole orgullos y satisfacciones a él. Eso me motiva siempre”.

Sus condiciones como guardameta destacaron desde el principio, al punto que, en 2012, cuando una empresa de harina precocida en Venezuela organizó pruebas para captar talentos jóvenes y llevarlos a los campos de entrenamiento del Real Madrid en España, Faríñez despuntó y fue incluso destacado en sus campañas promocionales.

“Mi sueño es llegar a un equipo internacional para ayudar a mi familia a progresar”, dijo Faríñez en aquel entonces.

“Fue una experiencia muy linda el poder compartir y aprender en las instalaciones del Real Madrid”, recuerda Faríñez siete años después. “Tuve la oportunidad de entrenar con el equipo de mi categoría y fue bonito aprender, estar en otra cultura, eso te deja muchas cosas como experiencia de vida”.

Fue el único arquero seleccionado entre aproximadamente 20 aspirantes, de acuerdo a la memoria del padre de Faríñez.

En 2013, Faríñez es contratado por el Caracas Fútbol Club, para así convertirse en jugador profesional, debutando con el club rojo en octubre del año siguiente. Allí pasó varios años y su calidad se hizo notar.

“Siempre hemos tratado de agradecer al Caracas en cada oportunidad que tenemos, porque dieron mucho por mí”, prosiguió. “Me dio la oportunidad de aprender y desarrollarme como profesional. Sin embargo, pasamos por muchas escuelas que nos ayudaron a seguir formándonos, a seguir creciendo; allí seguimos elevando el nivel, eso nos dio la oportunidad de soñar alto. Porque al final así lo veo: esto es un sueño el cual tengo la fortuna de vivir”.

EN PLENA ENTREVISTA, Faríñez recibe muchos mensajes de aliento y deseos de éxito en su experiencia colombiana. Uno de ellos es de Noel Sanvicente, técnico que lo formó tanto en el Caracas FC como en su paso por la selección venezolana. Fue Sanvicente quien le convocó a la Copa América 2015. Es cierto que no vio acción en el campo, pero sin embargo eso lo ayudó a seguir avanzando.

“Primero publicó la lista y luego habló conmigo, me dijo que debido al trabajo que estaba haciendo me lo había ganado”, recuerda Faríñez. “Lo importante era trabajar igual y seguir manteniéndose, no bajar los brazos. De él aprendí mucho y le he hecho mucho caso a todas sus enseñanzas. Él es una persona que vio en mi la capacidad de seguir elevando mi nivel, de poder seguir creciendo. Es un “profe” que tiene gran destreza para trabajar con los jóvenes”.

Luego de su paso casi simultáneo entre la selección juvenil y de mayores, el 2017 fue el año en el cual Faríñez se catapultó. Mientras conseguía con la sub-20 el subcampeonato mundial de la categoría, y además convertirse en el primer guardameta que anota un gol en la historia de ese torneo, comenzó a despertar la atención de muchos en las eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018. El diario inglés The Sun llegó a preguntar: “¿Quién es Wuilker Faríñez?”

Sí, es cierto que Venezuela ya tenía cantada su eliminación, que no tenía chance. Sin embargo, el técnico Rafael Dudamel, quien asumió las riendas de la selección en pleno ciclo hacia Rusia tras una crisis y cinco derrotas a cuestas, imprimió un estilo distinto y así, la Vinotinto dejó de perder compromisos y ser la cenicienta. Fariñez defendía la meta con un arrojo que podría parecer inusual en un jovencito de su edad.

La confianza de Faríñez se debía, en gran medida, al proceso que Dudamel comenzó a poner en práctica con el equipo venezolano, buscando un reinicio de sistema para así trazarse como objetivo la clasificación a Catar 2022.

“Dudamel, dentro de la selección, ha sabido rodearse de un excelente grupo de trabajo”, dice Faríñez. “Trata de hablar siempre con nosotros, de mantener la comunicación. Es una persona que sabe muy bien lo que está haciendo. Esperamos que las cosas se mantengan como van y a partir de allí, seguir mejorando”.

“Ciertamente, quedamos eliminados en el proceso anterior, eso lo entendimos. Sin embargo, siempre nos mantuvimos con muchas ganas, mucho esfuerzo, a fin de lograr el objetivo. Ese objetivo aún no se ha cumplido. Sin embargo, trabajamos y nos planteamos esa meta, que es llegar a 2022. Complementarnos será muy importante, el trabajo fuera de la cancha es demasiado fundamental y más en una selección, especialmente considerando que somos un grupo que no nos vemos frecuentemente, solamente nos juntamos para las fechas FIFA. Por ello, ese trabajo de grupo se hace difícil, pero ese complemento fuera de la cancha considero que será esencial para así lograr la meta que aspiramos”, indicó.

Algo que, sin duda, ratificó a Dudamel y los suyos que contaban con derecho a soñar con un pasaje a Catar, fue el sorprendente resultado 2-2 en la jornada 16 de las eliminatorias a Rusia; nada menos que el Monumental de Buenos Aires, ante 60.000 espectadores. Los albicelestes desplegaron su poderío, con figuras de la talla de Lionel Messi, Ángel Di María, Paulo Dybala y pare usted de contar.

¿El Monumental? Al final, para Faríñez y el resto de la Vinotinto, “cancha es cancha”.

En el caso de Faríñez, se dio el lujo de detener zurdazos de Messi y Dybala, dejando a los argentinos desconcertados y preguntándose qué había ocurrido.

“Estuve contra uno de los mejores jugadores del mundo y, claro que sí, fue una experiencia muy emocionante”, recuerda Faríñez. “Sin embargo, había un trabajo que hacer y tenía que mantener la concentración. Para ello, trabajamos durante mucho tiempo ese partido, tanto en el aspecto físico y, muy importante, en el psicológico. Fue un partido muy difícil, sabíamos que lo íbamos a sufrir; pero siempre estuvimos esperanzados y con mucha fe en que podíamos tener un buen resultado. Comenzamos ganando, luego nos empataron; pero fuimos capaces de mantener ese resultado. Ese empate para nosotros fue sumamente valioso, a pesar que ya nos encontrábamos eliminados. Entendimos bien que esto nos ayudaba a mantenernos unidos”.

ERA OBVIO QUE Faríñez había llamado la atención del mundo futbolístico con su 2017 de ensueño. En YouTube hay varios videos denominados, en inglés, “el show de atajadas de Faríñez”. El teléfono y la bandeja de entrada de los ejecutivos del Caracas FC no tardaron en recibir ofertas de varias partes del mundo por el arquero. Faríñez, sus padres y su agente, el también venezolano Sebastián Cano, tenían varias opciones para dar el próximo paso.

“Llegaron muchas ofertas de distintos equipos, pero de la mano de mi representante y de mi club, el Caracas, pensamos bien las cosas, se pudo llegar a un acuerdo. la mejor oferta fue la presentada por Millonarios”, indica Faríñez. “Estaba esperanzado por venir a Millonarios ya que sé muy bien todo lo que representa este equipo aquí en Colombia, el poder jugar en Millonarios. Mi representante, mi familia y el club consideramos bien lo propuesto”.

A su llegada al aeropuerto El Dorado, Faríñez expresó seguir al club embajador desde pequeño, lo cual no es descabellado. Millonarios y Venezuela comparten nexos desde hace largo tiempo: cuatro jugadores: Stalin Rivas, Alejandro Cíchero, Jacobo Kouffaty y el ahora DT Dudamel; aparte del ex seleccionador Richard Páez han pasado ya por el equipo azul. Incluso, una de suscanciones más tradicionales, “Millonarios será campeón”, fue grabada por la tradicional orquesta venezolana Billo’s Caracas Boys, en una adaptación del que prácticamente es himno del equipo de béisbol Navegantes del Magallanes, de la liga profesional de su país. Para Faríñez, Colombia es un destino natural: su abuela, ya fallecida, nació en Cartagena.

“Queremos representar al país como lo han hecho todos esos jugadores venezolanos que han pasado y hecho historia dentro de este club”, dijo Faríñez. “Mi gran aspiración es ser campeón de la mano de Millonarios. No he tenido la oportunidad de formar parte de un equipo campeón. Tengo muchas expectativas, estoy muy esperanzado. Pensamos, queremos y soñamos con ser campeones. Esta va a ser una muy bonita oportunidad para mostrar de lo que somos capaces”.

Faríñez se integra a un club en un proceso de desarrollo que se aceleró en el pasado semestre, superando a los amplios favoritos Junior, Santa Fe y Atlético Nacional, para alcanzar su primera estrella en la Liga Águila desde 2012.

Cuando se produjo esta entrevista con Faríñez, aún no se había oficializado el traspaso del uruguayo Nicolás Vikonis, guardameta titular de Millonarios hasta el pasado semestre, al Club Puebla de México. Todo podría indicar que Faríñez sería la primera opción en la arquería. De todos modos, Faríñez está consciente que todo depende de su ética de trabajo y ganas de superación.

“Simplemente, vine aquí para aportar. Millonarios viene trabajando muy bien, de excelente manera. Lograron ser campeones de manera muy merecida. Pienso que cada quien trabaja con el fin de mejorar cada día. Yo vengo acá a mejorar y ser campeón, no tengo otra. Laboraré fuertemente a fin de complementar bien al equipo”, prosiguió.

En la agenda de Millonarios para 2018 se encuentra el regreso a la Copa Libertadores de América como flamante campeón de Colombia. No la tendrá fácil, teniendo que enfrentar en su grupo a Corinthians de Brasil, Independiente de Argentina y al venezolano Deportivo Lara. Será la primera vez que Faríñez juegue el máximo torneo de clubes del continente, aunque ya pasó con el Caracas por la fase previa a la Libertadores, en 2016, cayendo ante Huracán de Argentina.

Para Faríñez, consciente del tamaño del desafío que se avecina, se trata de una oportunidad para así seguir ganando vivencias y conocimientos dentro del balompié.

“Es una responsabilidad bonita, te motiva, te ayuda a seguir creciendo. Queremos hacer un gran papel, pero todo está de la mano del trabajo. De eso se trata todo”, expresó.

¿Le intimida acaso jugar en el legendario estadio bogotano El Campín, con más de 15.000 aficionados cantando sin parar? Faríñez fue breve.

“Estamos mentalmente preparados para eso”.

Mientras tanto, su objetivo es aportar a Millonarios en todas las formas posibles, dentro y fuera de la cancha. Piensa estudiar las posibilidades de aprovechar el origen de su abuela y solicitar la nacionalidad colombiana, con el objetivo de liberar un cupo de jugador extranjero a su nuevo club, más aclara que mantendría la nacionalidad venezolana y no dejaría de ser internacional vinotinto. Expresa estar demasiado involucrado y comprometido en ese proceso como para abandonarlo a la mitad.

“Lo único que quiero es servir al club y que cuente conmigo para lo que sea, y si eso sirve de ayuda y aporte, estoy dispuesto a hacerlo. Claro que seguiré siendo miembro de la selección de mi Venezuela, he trabajado muchísimo para aportar a mi selección y mi país. Eso es algo que no cambiaría por nada del mundo”.

Actualmente en la agenda de Faríñez hay muchas cosas pendientes: desde integrarse a su nuevo equipo, reuniones y más reuniones, entrenamientos, rentar y amoblar un apartamento y, obviamente, su primera incursión en un equipo profesional fuera de su país natal, una Copa Libertadores de América y un poco más lejos, luchar por el cupo a Catar 2022.

No obstante, el joven y sencillo arquero mantiene, en Caracas, Bogotá o Buenos Aires, la simple pero poderosa frase que le ha servido de máxima de vida, para enfrentar todos sus retos con la misma tranquilidad y empeño:

Cancha es cancha.

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