Camilo Vargas, de cabeza, le dio el empate a Deportivo Cali en el último minuto del clásico añejo y repitió una historia ocurrida en 2011.
A los 48 del segundo tiempo, segundos después de la expulsión de Agustín Palavecino, llegó un tiro de esquina y el arquero del Cali metió un cabezazo imparable.
En 2011, cuando el guardavallas bogotano jugaba en Santa Fe, también fue el verdugo de Millonarios en un clásico. Al igual que en esta ocasión, metió un cabezazo sobre el final que le dio la victoria a su equipo.
Fue un partido muy emotivo, en el que hubo una expulsión por lado y en el que Cali rescató un punto que parecía imposible. "Tomé la decisión de ir a buscar el cabezazo y afortunadamente me salió la jugada. Queriamos la victoria pero hoy no se pudo. Rescato la entrega del equipo y conseguimos el empate que no era tan claro", afirmó el héroe de la noche.