Fútbol Americano
Damián Didonato 8y

Cómo cambia Messi al equipo

CHICAGO (Enviado especial) -- Cuando Lionel Messi pisó el césped de la cancha de "soccer" del campus la Univerisidad de Illinois, las miradas de todos los asistentes al entrenamiento de la Selección argentina se fueron con él. Y con él se quedaron. Porque la única incógnita de la primera práctica en Chicago era si el capitán se entrenaría con normalidad o seguiría haciéndolo de forma diferenciada. Muy rápido quedó despejada esa duda: Messi está de vuelta.

La entrada en calor fue de los 23 futbolistas al mismo tiempo y el Diez la hizo con su amigo Sergio Agüero. Hasta Lucas Biglia, en recuperación por un desgarro, participó de la misma. Luego, el hombre de Lazio se fue a trotar en solitario como siempre desde su lesión y el resto siguieron bajo las órdenes del preparador físico Elvio Paolorosso, con Messi incluido. Entonces, quedó claro que el crack rosarino ya había dejado atrás el golpe sufrido en el amistoso contra Honduras. Terminó el entrenamiento con normalidad y ahora la pelota la tiene Gerardo Martino.

Porque será turno del entrenador decidir quién le dejará su lugar al mejor jugador del mundo. Está claro que las mayores opciones son de Nicolás Gaitán, quien le cuidó muy bien su lugar al Diez. Si el DT no pretende cambiar demasiado el dibujo táctico, Messi jugará por derecha, cerca de Ever Banega y Gonzalo Higuaín, mientras que Angel Di María seguirá en la izquierda. Esta es la posibilidad más clara, sobre todo teniendo en cuenta al rival.

Gaitán hizo un gran partido contra Chile sobre todo por el sacrificio demostrado para el retroceso. Su figura fue clave cuando el equipo decidió ahogar al mediocampo chileno y armar una especie de línea de cinco en el centro de la cancha. Además, explotó muy bien los espacios y ese aporte benefició mucho a la nueva idea de Martino de no presionar constantemente arriba sino de elegir los momentos y los lugares para hacerlo.

Pero la situación frente a Panamá será diferente. A pesar de las buenas intenciones mostradas por el conjunto de Bolillo Gómez en el triunfo sobre Bolivia, está claro que no saldrá a atacar a Argentina con la misma cantidad de elementos que lo hizo la Roja. Entonces, el problema del retroceso, que es algo que le quita el sueño a Martino, desaparece. El equipo debería poder controlar los arrebatos ofensivos panameños con el trabajo de la última línea y de Mascherano.

Lo que Messi le puede aportar a la Selección está claro y no hace falta describirlo desde este espacio. Cualquier equipo con aspiraciones se vuelve letal con Messi entre los once. Y el capitán está desesperado por jugar. Así lo dejó en claro en el entrenamiento del miércoles. Por primera vez desde que llegó a Estados Unidos se movió sin problemas y compartió bromas con Agüero, Lavezzi y el cumpleañero Javier Mascherano.

Lo que se podrá ver frente a Panamá es cómo interactúa el Diez con Banega, uno de sus socios favoritos en la escuadra nacional. En el segundo tiempo ante Chile, el mediocampista de Sevilla fue el líder futbolístico y manejó los ataques con calidad. Tras una etapa inicial en la que se mostró demasiado errático, mejoró en el complemento y demostró que puede ser el indicado para ponerse el traje de armador y de esa manera liberar a Messi de una de sus tareas. Está claro que Leo jugará suelto y podrá asistir y definir según él vea las oportunidades, pero un buen funcionamiento de su sociedad con Banega puede impulsarlo todavía más.

También será una buena chance para ver cómo reacciona Argentina contra un adversario que saldrá a esperarlo y no ofrecerá todos los espacios que sí ofreció Chile. La movilidad de Higuaín y Di María será fundamental para romper el cerrojo y allí es cuando la presencia de Messi adquiere aún más relevancia, porque desde el desequilibrio individual siempre es más fácil romper líneas.

Tras una práctica muy positiva y con la certeza de que ya está en condiciones de jugar, Messi sufrió un mal momento en el regreso al hotel. En la puerta del Hyatt Park de Chicago, la organización montó una improvisada zona mixta en la vereda. Allí, se amontonaron decenas de medios de comunicación y un puñado de hinchas. Una de las simpatizantes vulneró la seguridad y llegó hasta el ídolo argentino, a quien tomó del brazo y hasta le hizo una herida con una lapicera. La expresión del futbolista dejó en claro su asombro y hasta su temor por la situación, que de todas maneras no afectó su concentración de cara al esperado debut en la Copa América Centenario.

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