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Así llega el rival

FOXBORO (Enviado especial) -- "No vamos a meter diez jugadores en nuestro área. Para ganar hay que hacer goles. No vamos a jugar a los penales", afirmó Jürgen Klinsmann en la conferencia de prensa previa a la semifinales de la Copa América Centenario entre su Selección de Estados Unidos y Argentina. El equipo local está muy confiado en dar la sorpresa y derrotar al favorito, aunque para eso deberá realizar varios cambios con respecto al once ideal.

Jermaine Jones fue expulsado ante Ecuador y Bobby Wood y Alejandro Bedoya llegaron al límite de amonestaciones. Así, el DT alemán perdió a tres elementos muy importantes para su idea. De todas maneras, Klinsmann no se mostró preocupado ni mucho menos y declaró que "hay maneras de detener a jugadores como Messi o Maradona". El desafío de su cuerpo técnico será encontrar esas maneras.

El esquema elegido por el anfitrión para el encuentro en la calurosa Houston será el de siempre contra rivales de jerarquía: 4-4-2. Brad Guzan le ganó el puesto hace algún tiempo a Tim Howard y, como durante toda la Copa, será el arquero titular. La línea de cuatro volverá a ser la ideal, tras el regreso de DeAndre Yedlin al lateral derecho. John Brooks y Geoff Cameron jugarán como centrales y Matt Besler marcará la punta izquierda.

Salvo Besler, el resto tiene buena experiencia en el fútbol europeo. En el plan de Klinsmann, la línea defensiva no debe pararse muy cerca de Guzan sino intentar achicar espacios. De todos modos, esto dependerá de Lionel Messi, por supuesto. Cuando el diez argentino se pare casi como puntero derecho, no sólo Besler deberá tenerlo en el radar y eso puede hacerlos retroceder. Los centrales sufrieron en el mano a mano contra Colombia y, como dijo su DT en conferencia, deberán mantener la concentración todos los segundos del partido.

El equilibrio en el mediocampo lo aporta el capitán Michael Bradley. Él será el encargado de articular los movimientos y de elegir cuándo y dónde presionar. Se moverá cerca de Ever Banega y Argentina debe controlar sus movimientos porque cuando se suelta puede jugar y hacer jugar. A su lado no tendrá al expulsado Jones y esta es una de las principales bajas del Team USA. Aunque no está claro quién lo reemplazaría, una de las principales opciones la tiene Kyle Beckerman, hombre de Real Salt Lake que tiene un perfil más defensivo que el de Bradley y cuya presencia serviría para darle más libertad al capitán.

Fabian Johnson volvería a su posición más cómoda después de jugar como lateral contra Ecuador y jugaría en el sector izquierdo del mediocampo, cerca de Lucas Biglia, quien regresaría a la titularidad en esta semifinal. Por la derecha el panorama no está claro. El reemplazante del suspendido Bedoya podría ser Christian Pulisic, el juvenil de 17 años de Borussia Dortmund. Pulisic tiene técnica, velocidad y es la mejor promesa del fútbol estadounidense. Sin embargo, Klinsmann quizás se decida por un jugador con más experiencia y coloque a Graham Zusi allí.

El lugar de Woods en la delantera sería ocupado por Gyasi Zardes, un delantero rápido y fuerte pero con poco gol. La tarea de Zardes debería ser similar a la Woods: moverse para generar espacios que le sirvan a Clint Dempsey. El ídolo de Seattle es la principal arma ofensiva del cuadro local incluso cuando no se mueva como centrodelantero. Muchas veces sorprende desde atrás y a eso debe prestarle especial atención Javier Mascherano.

El Seleccionado de EEUU ganó siete de sus últimos ocho partidos y en este certamen sólo cayó en el debut contra Colombia. En aquel juego, expuso todas sus falencias y a la Albiceleste puede servirle para tratar de repetir la actuación del cuadro de Pekerman, que lo ganó casi sin proponérselo más por errores del rival que por aciertos propios.

A pocas horas de uno de los partidos más importantes de los últimos años para el fútbol estadounidense, el plantel que conduce Klinsmann está seguro de sí mismo y de sus posibilidades contra el equipo de Messi, el gran protagonista de esta Copa América Centenario. Aunque los habitantes de Houston todavía no exteriorizan su entusiasmo sobre este encuentro, la ciudad ya espera por un duelo que puede quedar en la historia del Team USA. Las palabras del capitán Bradley resumen el sentimiento de sus compañeros: "Ganarle a Argentina no es misión imposible".