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Argentina, un rival a la medida para arrancar a lo grande

Lionel Messi EPA

SALVADOR (Enviado especial) -- Hay una sensación en Argentina: "Colombia es un rival que siempre nos complica". Y hay una sensación en Colombia: "con Argentina no podemos mostrar nuestro mejor juego". Parecen apreciaciones contradictorias, pero ambas son igual de reales. Desde hace décadas este duelo se convirtió en un desafío especial en ambos países y ambos ven al adversario con respeto y cuidado, más allá de los resultados.

El destino quiso que el primer partido oficial de Lionel Scaloni y Carlos Queiroz sea este, un choque cuya particular historia convierte en especial. Porque desde el 5 de septiembre de 1993 los Argentina-Colombia dejaron de ser un encuentro más en Sudamérica. El 5-0 inauguró una nueva etapa que ya lleva más de 25 años y en la cual se formaron todos los jugadores que particuparán del partido del sábado en el Arena Fonte Nova. Una etapa en la que la Tricolor dejó de ser un rival "ganable".

En estos días previos a la Copa América, el hermetismo y las incógnitas de la Selección Colombia se contraponen a la claridad que hoy reina en la Selección Argentina. Esto no significa que uno llegue más tranquilo que el otro, sino que hay formas de conducción y organización diferentes. Nadie duda de cuál será el once inicial que planteará Scaloni, mientras que los titulares que presentará Queiroz son una verdadera incógnita hasta para los más cercanos al plantel colombiano.

Con Lionel Messi como absoluto líder futbolístico, la Albiceleste jugará con el "casi colombiano" Franco Armani en el arco; Saravia, Pezzella, Otamendi y Tagliafico en la defensa; Guido Rodriguez en el eje central, junto a Gio Lo Celso y Leandro Paredes como interiores; y Sergio Agüero y Angel Di María en la compañía del diez en ataque. Todo claro, desde los nombres al sistema 4-3-3.

En cambio, Queiroz sigue probando en cada entrenamiento y sólo él sabe cómo formará su equipo. Sí está más o menos claro que saldrá con una línea de cuatro formada por Santiago Arias, Yerry Mina, Davinson Sánchez y William Tesillo. En el centro del campo comienzan las dudas: Gustavo Cuéllar o Wilmar Barrios; Juan Guillermo Cuadrado como interior o como extremo; Edwin Cardona o Luis Muriel; Mateus Uribe o Jefferson Lerma. Las variantes son varias y todas modifican la idea principal, por eso es muy complicado aventurar cómo será el partido.

Sin embargo, se puede hacer el intento de divisar en qué sectores y situaciones Colombia puede lastimar a Argentina. El centro del campo será una zona a explotar, porque ni Lo Celso ni Paredes tienen intensidad defensiva y Rodriguez tampoco es un "cinco de marca". Además, el aporte de Di María en la contención siempre es relativo. Entonces, lo primero que la Tricolor deberá explotar es esa zona vulnerable. En ese sentido, el despliegue de Uribe será fundamental y también podría ser importante la inteligencia y precisión de Cardona.

En las bandas habrá un duelo de primer nivel entre Tagliafico y Arias y quien prevalezca puede aumentar las posibilidades de ganar de su seleccionado. El lateral de Atlético Madrid, además, deberá cuidarse de Di María si juega por ese sector con Messi por derecha. En el otro costado Tesillo buscará hacer valer sus capacidades defensivas mientras que Saravia explotará su potencia ofensiva.

Todo indica que Radamel Falcao García será el único punta de la Tricolor y deberá verse con dos centrales fuertes y experimentados como Pezzella y Otamendi. La llegada de James, Uribe y Cuadrado será vital para explotar la falta de conocimiento de la dupla, algo de lo que no sufre Colombia, ya que Davinson y Mina han jugado juntos una Copa del Mundo y su sociedad está aceitada. Por supuesto, Lionel Messi es capaz de destruir cualquier defensa, así que la concentración debe ser total.

Colombia no le gana a Argentina desde 2007, cuando por las Eliminatorias para Sudáfrica 2010 el equipo dirigido por Jorge Luis Pinto ganó en Bogotá gracias a los goles de Rubén Darío Bustos y Dayro Moreno. Desde aquel lejano día jugaron ocho partidos, con cuatro victorias argentinas y cuatro empates (uno terminó con festejos albicelestes por penales, en la Copa América 2015). Es decir que la sensación colombiana tiene más que ver con los últimos tiempos que la de los compatriotas de Messi. En Salvador hay una doble oportunidad: romper la racha y comenzar a lo grande un nuevo ciclo.