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Colombia volvió a Salvador con la tranquilidad del deber cumplido

SALVADOR (Enviado especial) -- Cuanto la Selección Colombia arribó a Salvador de Bahía allá por el 10 de junio, pocos imaginaron que el retorno a esta ciudad nueve días después sería con el primer puesto asegurado, dos triunfos y ningún gol en contra. Es cierto que la confianza en una buena actuación nunca estuvo en duda, sin embargo los resultados ajenos fueron los que permitieron lograr una clasificación holgada, sin la necesidad de sufrir como ocurrió en la última Copa del Mundo.

La delegación nacional se entrenó este jueves por la mañana en el predio de Palmeiras y por la tarde emprendió el viaje de retorno a la capital de Bahía, donde venció a Argentina en el debut en la Copa América. Los titulares contra Qatar hicieron trabajos de recuperación y en el gimnasio, mientras que los suplentes y quienes jugaron pocos minutos practicaron en los lujosos campos de entrenamiento del Verdao. Todo en la tranquilidad absoluta que genera la labor cumplida.

Fueron 23 los futbolistas que llegaron al hotel Deville Prime, distante pocos metros del Catussaba, el hogar en la anterior estadía. Lejos del bullicio del centro de la ciudad y cerca de las playas del noreste brasileño, el seleccionado ya descansa de cara a su tercer compromiso en la Copa. Luis Fernando Muriel ya no está con sus compañeros y embarcó rumbo a Italia, donde podría confirmar su fichaje por Atalanta. Quien sí llegó en el bus fue Johan Carbonero, el juvenil de la sub 20 que no puede jugar pero sí trabajará con el grupo hasta el final de la estadía.

Tal como ocurrió en esta misma ciudad y en Sao Paulo, muy pocos hinchas esperaron la llegada de la Selección. Cerca de las 21 horas una madre con su hijo y un par de amigos se acercaron a las puertas del hotel bahiano y solo pudieron ver el ingreso del bus, cuyos vidrios polarizados no permitieron ni siquiera un contacto visual con los futbolistas.

Las dos victorias le otorgaron a Colombia aún más serenidad. La paz reinó en la delegación nacional desde el día uno en Brasil y se hizo todavía más grande con los resultados. Es que ganar permite ver todo con más optimismo, con la seguridad de estar en el camino correcto. El plantel y el cuerpo técnico entraron en sintonía rápidamente y los triunfos contra Argentina y Qatar no hicieron más que confirmar ese entendimiento.

Este viernes, el equipo se entrenará a puertas cerradas por la tarde en el estadio de Vitoria, ya no en Pituaçu, el sitio utilizado en la previa del debut. Allí, Queiroz realizará los movimientos para definir el once que saldrá al estadio de Arena Fonte Nova ante Paraguay. Ya sin ningún tipo de presión por el resultado, es probable que el entrenador decida algunos cambios para darle rodaje a aquellos que tuvieron minutos. De todos modos, es muy difícil adivinar las decisiones del técnico, que ha sorprendido en los dos encuentros.

¿Que juegue Falcao para que no pierda actividad o darle más confianza a Duván?, ¿Arias titular para probarlo de cara a los cuartos o la continuidad de Medina?, ¿Descanso para Wilmar y James o que repitan para no perder competencia?, ¿Al fin será el momento de ver a Edwin Cardona o es una buena oportunidad para que Juan Guillermo Cuadrado vuelva a jugar como interior? Son muchas las incógnitas que empezarán a despejarse en la práctica del viernes.

Al igual que frente a Argentina, no habrá reconocimiento del campo de juego del Arena Fonte Nova para preservarlo y los últimos trabajos antes del choque frente a la Albirroja serán el sábado en Vitoria. El domingo, Colombia cerrará la primera fase ante Paraguay y el lunes por la tarde regresará a Sao Paulo para jugar los cuartos de final como primero de grupo. Así de claro tiene todo la Tricolor. Tanto en la cancha como fuera de ella.