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Mucho para trabajar

Guillermo Barros Schelotto, en el partido contra Racing. Getty Images

BUENOS AIRES -- No existen soluciones mágicas. Eso puede decirse del debut de Guillermo Barros Schelotto como entrenador de Boca, luego del empate sin goles contra Racing.

Si alguien esperaba ver a un Boca arrollador frente a la Academia, que se llevara por delante al rival y generara muchas situaciones de gol, se equivocó.

Este equipo fue muy parecido al que se vio hace unos días, en la derrota que derivó en el alejamiento de Arruabarrena: mucho control de pelota, pero pocas ideas para romper las líneas rivales y llegar con peligro al arco de Saja. Sin velocidad ni cambio de ritmo, Boca volvió a ser previsible, muy previsible.

No hay dudas: el flamante entrenador deberá trabajar mucho para imponer su idea y para lograr que el equipo tanga su sello. Con apenas un día en el cargo, no se le podía exigir mucho al DT.

Los nombres que puso en cancha fueron casi los mismos que jugaron por el torneo local el último domingo. El casi tiene que ver con que Jara entró por el pibe Molina, Gago fue el cinco del equipo, Lodeiro jugó más abierto (reemplazó a Bentancur) y Chávez entró como titular en lugar de Palacios.

Ah, y Tevez, luego de haberse tirado tan atrás, esta vez tuvo un rol más activo en ataque.

Tampoco pudo Barros Schelotto romper con un déficit más que notorio de este Boca 2016: la falta de gol. Aún con Tevez más adelantado, al equipo le faltó peso en el área. Un problema que, mientras se espera a Osvaldo, por ahora no tiene solución.

De todos modos, el entrenador entiende que no cuenta dentro del plantel con los futbolistas que requiere para llevar adelante su sistema táctico. En ese sentido, no hay mucho para hacer: deberá arreglarse con lo que hay y esperar que se habrá el próximo libro de pases.

Ahora se viene River, nada menos, en el Monumental. El mellizo sabe que no tiene mucho tiempo antes de salir nuevamente a la cancha, y que está en inferioridad de condiciones ante el clásico rival, que desde hace tiempo viene trabajando con Marcelo Gallardo.

Por eso, en la conferencia de prensa, expresó que piensa motivar al equipo desde lo anímico, para sacar fuerzas desde la adversidad con el fin de lograr un buen resultado ante los Millonarios.

En la Copa, siempre es importante ganar de local. Pero el punto, por tratarse del debut, sirve. Ahora, un triunfo ante River puede ser clave para darle al equipo el envión que necesita y para consolidar la confianza del DT.

Pero más allá del resultado, Guillermo sabe que necesita tiempo para trabajar. Un tiempo que por las urgencias de Boca no tiene.