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A falta de poco más de diez minutos y por incidentes con los hinchas brasileños en el Pacaembú, se suspendió el partido entre Santos e Independiente por la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores. El duelo, que había comenzado con el 0-0 en Avellaneda, siguió en la semana pero en los escritorios de la Conmebol, que inició un proceso de oficio por la mala inclusión de Carlos Sánchez en el conjunto paulista. El uruguayo adeudaba una fecha de suspensión previo al cruce con el Rojo. Santos presentó su defensa este lunes, pero la Conmebol igualmente decidió sancionarlo por alineación indebida y darle el encuentro de ida a Independiente por 3-0 a favor. El clima en Brasil fue tenso, antes y después de la resolución. José Carlos Peres, presidente de Santos, amenazó en la previa con acudir a la FIFA y al TAS para que se suspenda la Libertadores. En el partido, salvo por alguna pierna fuerte, los ánimos entre los jugadores se mantuvieron calmos. Santos se quiso llevar por delante al Rojo en un principio, pero Campaña apareció en un par de oportunidades para mantener el cero. Con el correr de los minutos, la visita niveló el encuentro e incluso pudo ponerse en ventaja con un penal que Vanderlei le atajó a Maxi Meza sobre el cierre de la primera etapa. En el complemento, ambos equipos tuvieron sus oportunidades, pero los arqueros se lucieron. Cuando quedaban poco más de diez minutos, los incidentes ocasionados por los hinchas del Santos obligaron al árbitro Julio Bascuñán a finalizar el partido.
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