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Clásico y moderno

BUENOS AIRES -- Sí, el partido entre Dinamarca y Holanda comenzó a teñirse de naranja tras el gol en contra de la sociedad Poulsen-Agger, sin embargo, lo mejor de uno de los encuentros más esperados de la primera fase fue la irrupción de Eljero Elia.

El jugador del Hamburgo ingresó en la segunda parte y le puso un poco de fútbol a un duelo que prometía mucho y no estaba entregando nada. Su entrada le dio sentido al esfuerzo de levantarnos temprano y generó una sonrisa en medio de varias preocupaciones tras los primeros once partidos del Mundial.

¿Quién es el tal Eljero? Por su extraño nombre no pasa inadvertido, aunque menos lo hace con la pelota en sus pies. Su familia es originaria de Surinam, como varios de los mejores jugadores holandeses de los últimos años. Tiene 23 años y debutó en el Twente, para luego pasar a la Bundesliga, donde brilla desde hace un año.

Elia tiene velocidad, talento, gambeta y habilidad. Demasiadas virtudes para un futbolista que llegó en silencio a Sudáfrica pero que en su debut mundialista ya hizo ruido. El segundo gol del equipo de Van Maarwijk llegó tras una gran jugada del hombre nacido en Voorburg, que definió muy bien aunque su remató pegó en el palo. En el rebote, Dirk Kuyt anotó el segundo gol de Holanda.

La Naranja debutó con un importante triunfo pese a no haber brillado como se esperaba. En eso tuvo mucho que ver el hecho de que Elia no fue titular, porque su juego le puso fútbol a un torneo que todavía está en deuda.

LA TRADICIÓN MANDA
Paraguay disfruta hoy a la mejor generación de delanteros de toda su historia. Sí, todos recordamos al gran Arsenio Erico, pero nunca un Seleccionado guaraní contó con la gran cantidad de variantes ofensivas que tiene en la actualidad.

Nelson Haedo Valdez, Oscar Cardozo, Roque Santa Cruz y Lucas Barrios son algunos de los atacantes que integran el plantel mundialista. Sin embargo, el primer gol del equipo en Sudáfrica lo hizo... un defensor.

Como indica la historia de la Albirroja, el primer grito llegó gracias a un cabezazo. La suma de cracks en la delantera no alcanzó esta vez y Paraguay necesitó de su arma más añeja e importante: el juego aéreo.

Aureliano Torres envió un centro preciso y Antolin Alcaraz abrió el marcador ante el campeón del mundo, Italia. Aquel podría haber sido el gol más importante de todos los tiempos para el fútbol guaraní, pero en el segundo tiempo De Rossi igualó el partido.

Siempre es bueno sumar nuevas virtudes a las ya conocidas, pero una Selección se hace grande gracias a su tradición. Este equipo tiene todo, por eso el pueblo guaraní se ilusiona con una Copa del Mundo histórica.