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¡Al ataque!

BUENOS AIRES -- Y al fin llegaron los equipos ambiciosos al Mundial. Hasta este miércoles, sólo Argentina y Alemania habían mostrado una saludable vocación ofensiva. El resto se debatió entre el no poder y -lo que es mucho peor- el no querer.

En el primer turno, Chile hizo lo que todos esperábamos: atacó desde el primer minuto y venció a Honduras con claridad, aunque el exiguo 1-0 intente describir un partido que nada tiene que ver con ese resultado.

El equipo de Marcelo Bielsa le dio una alegría histórica al pueblo chileno, que no festejaba un triunfo mundialista desde 1962. Sí, los hinchas de la Roja tuvieron que esperar 48 años para volver a celebrar en una Copa del Mundo. De la mano de un hombre que ya dejó de ser entrenador para convertirse en prócer, la Roja dio un gran paso rumbo a los octavos de final.

Alexis Sánchez fue el mejor jugador de un Seleccionado que tiene muy claro cuáles son sus virtudes y por eso es uno de los pocos que tienen una identidad definida en este torneo. O, mejor dicho, es uno de los pocos que hace del ataque una forma de juego, casi una forma de vida.

Hoy muchas crónicas hablan de las miles de personas que sufrieron hace algunos meses con el terrible terremoto que sacudió el país y ahora disfrutan gracias al equipo nacional. El fútbol no reemplaza vidas ni casas perdidas, pero sí genera un sentimiento de pertenencia inexplicable. Por eso, está bien que hoy haya fiesta en Chile, pero no pierdan de vista que esto recién empieza y que este plantel tiene todo para seguir haciendo historia.

Andrés Iniesta es un crack. Si el martes fue el día en el que defraudaron Cristiano Ronaldo, Drogba y Kaká, el miércoles fue la jornada en la que no decepcionó otra de las estrellas. El cerebro del Barcelona no tuvo su mejor día pero cumplió su tarea: jugó e hizo jugar, lideró cada ataque, generó peligro y fue la figura de España.

La otra Roja también fue fiel a su identidad y por eso nadie puede hablar de fracaso. Sí, perdió, pero jugó como siempre. Nunca se desesperó y cada vez que atacó lo hizo a través de su marca registrada: el juego asociado. Pese a la derrota y a algunos errores puntuales en defensa y en la definición, fue una de las Selecciones que mejor fútbol desplegó en esta primera fecha.

Suiza, en cambio, representó todo lo contrario. Un equipo limitado, rudimentario y extremadamente defensivo que se encontró con un gol y luego se defendió como pudo. Aunque está claro que no podía jugarle de igual a igual a los campeones de Europa, su actitud mezquina transforma esta actuación en una golondrina de verano, ya que nadie ve al cuadro helvético con reales chances de llegar lejos a pesar de este gran batacazo.

España todavía es candidata, porque volvió a demostrar muchas de sus virtudes, pese a la anécdota del 0-1. Falló en la definición y sufrió aquel miedo escénico del que habla Jorge Valdano. Quizás también se volvió a topar con ese karma de los torneos importantes. Es difícil encontrarle razones a la caída, pero es fácil afirmar que tiene todo para volver a celebrar.

La tercera buena noticia del día para los amantes del juego de ataque fue la goleada de Uruguay. La Celeste no es precisamente una Selección que se destaque por su ímpetu ofensivo, sin embargo, en esta ocasión se llevó los tres puntos gracias a una saludable actitud que partió desde el entrenador y llegó a cada uno de los jugadores.

La inclusión de Forlán, Suárez y Cavani hacía suponer que el conjunto charrúa saldría en busca de la victoria desde el inicio. Eso fue lo que sucedió. El goleador del Aleti fue la gran figura en esta nueva función de enlace y anotó dos goles, que lo convierten en el máximo artillero del torneo hasta el momento.

Uruguay ganó su primer partido mundialista en 20 años y obtuvo su tercer triunfo desde 1974. Esta goleada es mucho más que un resultado positivo para la Celeste, es volver a sentirse grandes. Y ese sentimiento se hace aún más fuerte por las armas con las que se ganó.

Tres equipos jugaron al ataque el mismo día en esta Copa del Mundo. Parecía que ese día no llegaría. Pero, resultados al margen, bienvenidos sean.