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Ni Dios ni el diablo

BUENOS AIRES -- La última vez que Alemania perdió en primera fase fue en el Mundial de México 1986. Desde aquella derrota ante Dinamarca, el Seleccionado teutón siempre logró clasificarse a octavos de final con holgura y nunca más volvió a caer en la ronda inicial.

Pasaron 24 años, un título y tres finales para el combinado alemán. Pasaron cinco Mundiales para volver a ver una Nationalmannschaft derrotada y sin respuestas en los primeros momentos de una Copa del Mundo. Algunos intentarán sumar este dato a la interminable lista de coincidencias entre el actual torneo y el último que ganó Argentina, sin embargo, lo importante de esto es aprender a no aventurar futuros resultados sólo por un rato de fútbol o por un partido.

Para la opinión futbolera Alemania ya estaba en la final. Después de la exhibición ante Australia, el equipo de Löw se convirtió en el máximo candidato pese al pobre nivel que había mostrado en la etapa previa al Mundial. Sin embargo, al partido siguiente perdió contra Serbia y pasó a ser uno más de los favoritos que decepcionan. Blanco o negro. Dios o el diablo. Entre esos extremos viven los Seleccionados que participan de este torneo.

Nada es absoluto en el fútbol excepto el juego, la idea. Los resultados muchas veces son producto de cuestiones fortuitas, como fue el penal fallado por Podolski o la expulsión de Klose. Alemania no fue un desastre frente a Serbia, ni siquiera mereció perder, si es posible hablar de merecimientos en este juego. Simplemente no jugó tan bien como ante Australia y no supo contrarrestar esos dos momentos cúlmines.

La excelente actuación del debut no desaparece con esta derrota. El saludable juego ofensivo y asociado que mostraron Ozil y Muller no murió tras el triunfo de Serbia. Aquel sigue siendo uno de los mejores momentos de la Copa del Mundo, aunque Alemania quede eliminada en primera ronda.

Todo lo contrario sucedió con Inglaterra, que jugó mal en su partido contra Estados Unidos y muy mal ante Argelia. El combinado británico es, quizás, la gran decepción en lo que va del torneo. No sólo por no haber ganado aún, sino también por el triste juego que desplegó en ambas presentaciones. Defrauda porque no deja nada, no porque no gana.

EL LADO FREAK DEL DÍA 7 DEL MUNDIAL
Para todos los amantes del costado freak de este blog, este viernes se dieron dos noticias merecedoras de un lugar en estas páginas. La primera tiene que ver con una fatalidad ligada al Mundial. Un hombre sudafricano de 61 años fue asesinado por su esposa y sus hijos tras una discusión por querer presenciar el choque Alemania-Australia.

Sí, en un país en el que el campeonato es una fiesta y un evento soñado durante largos años, también se dan situaciones trágicas. Previendo esto, el estado ha establecido tribunales especiales para tratar asuntos de todo tipo relacionados con la Copa del Mundo.

El otro acontecimiento extraño es mucho más feliz y demuestra el gran poder del fútbol. El primer partido de Nueva Zelanda en el torneo fue el programa más visto de la historia de la televisión de ese país. Sí, en una tierra en la que el rugby es el deporte más popular por amplio margen, el pueblo se paralizó para ver a los All Whites, el equipo más débil de Sudáfrica 2010.