<
>

Un fugitivo en Pretoria

Toda una odisea entrar sin acreditación Enrique Vega/ESPNdeportes.com

PRETORIA -- Recorrer las calles de Sudáfrica sin pasaporte es algo normal, de hecho es hasta lógico para evitar perderlo o que te lo roben, porque además la acreditación de FIFA es casi un salvoconducto o el reconocimiento de tu personalidad ante cualquier autoridad sudafricana.

Pero qué pasa si un día pierdes la acreditación o simplemente olvidas en el hotel ese cuadro amarillo con tu foto que durante semanas has llevado colgado del cuello. Bueno... ese día te pones a sufrir porque no tenerla es provocar que en automático se te cierren las puertas, o al menos así debería ser.

Este martes no perdí la acreditación, pero sí la olvidé y me di cuenta cuando íbamos rumbo a Pretoria para el partido Paraguay-Japón y ya no había tiempo para regresarnos. Así que no había de otra, era quedarme muchas horas sentado en la banqueta o intentar burlar la seguridad sudafricana.

Mis compañeros me dieron confianza, además de que en principio lo más difìcil era llegar primero a la sala de prensa a recoger el boleto, porque sí estaba autorizado.

Y antes de la sala de prensa había que pasar cuatro retenes. El primero fue sencillo, mientras el responsable de seguridad checaba una foto en una credencial, yo pasé por atrás y quedé adelante en la fila.

El segundo parecía más complicado, había que librar al menos a cinco policías y su supervisora, además de que tenía que cruzar el arco para metales y meter mi mochila por el detector de rayos x. El movimiento fue rápido, deposite todo en la back pack, teléfono, monedas, cualquier cosa que pudiera activar el detector y cuando sonó el arco y un policía detenía al que iba frente a mí, alcancé a escabullirme, tomar la maleta y salir rápido hacia la sala de prensa.

El ingreso tampoco era sencillo, pues estas enormes carpas blancas tienen doble puerta y en cada una hay elementos de seguridad. El primero lo pasé atrás de un reportero que se puso en el ángulo de visión del policía y el segundo me agaché como a recoger un papel y no alcanzaron a ver si traía la acreditación colgando.

Ya en la sala de prensa un compañero retiró mi boleto y me preparé para la segunda etapa, llegar al estadio y fue sencillo pasar los otros tres retenes de seguridad en donde sólo se permite cruzar con la acreditación.

El sitio en el estadio estaba garantizado pero no el regreso al centro de prensa y la noche y el nutrido grupo de periodistas que regresaban rápidamente a escribir me ayudó para ir pasando una a una las revisiones mientras observaban a los que iban al frente.

Al final del día se pudo cumplir la labor, aunque debo confesar que tampoco tenté a mi suerte de probar burlar a los guardias de la puerta del baño, así que mejor me apuro para salir de la sala de prensa y regresar a las calles de Sudáfrica en donde la acreditación te permite que las autoridades te ayuden, pero si no la tienes tampoco te sentirás un criminal buscado por la justicia como ocurre cuando estás en zona FIFA, sin la venia de Joseph Blatter.