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¿Era el Mundial africano?

BUENOS AIRES -- Todo el continente africano llegó a "su" Mundial esperanzado con una gran actuación global de sus equipos. Desde hace décadas el fútbol de esta parte del mundo amenaza con dar el gran golpe. Triunfos en torneos juveniles, medallas doradas en Juegos Olímpicos y aportación de grandes jugadores a las ligas europeas respaldaron esa confianza. Además, si había un contexto apropiado para un festejo africano, ése era Sudáfrica 2010.

Sin embargo, África sigue siendo una amenaza, una simple amenaza de algo que no va a suceder. La eliminación de Camerún este sábado es una clara muestra de que el fútbol de este continente todavía no está listo para dar el salto. Incluso, en lo que va del Mundial registró un retroceso en su nivel y en sus resultados, con respecto a anteriores campeonatos.

El equipo de Samuel Eto´o perdió sus dos primeros partidos y se convirtió en el primero que se despide de la Copa del Mundo. En su segundo encuentro, frente a Dinamarca, no mereció perder y mostró quizás la mejor cara de un combinado africano hasta el momento. Atacó desde el comienzo y contó con varias chances de gol, pero dos errores defensivos lo privaron de una victoria necesaria.

Así, los Leones indomables volvieron a defraudar en un Mundial, algo que no es sorpresa. Sólo en Italia 90 lograron superar la primera fase, cuando alcanzaron los cuartos de final. Después, siempre se despidieron en la ronda inicial. En 1982, 1994, 1998, 2002 y 2010 llegaron como una posible sorpresa y se fueron por la puerta de atrás.

Nigeria es el otro africano que cuenta con una rica historia. Al igual que Camerún, ganó la medalla olímpica y también se destacó en varios torneos juveniles. Sin embargo, sólo llegó a octavos de final en dos ocasiones y todo parece indicar que esta vez no será la tercera.

Dos partidos jugados, dos derrotas. Frente a Argentina dejó una buena imagen pese a que el arquero Enyemana fue la gran figura y el combinado albiceleste podría haber ganado por una diferencia mayor al 1-0. Contra Grecia, en cambio, el equipo necesitaba ganar y no estuvo a la altura. La infantil expulsión de Kaita dinamitó las chances de las Águilas, que ahora dependen de una victoria sobre Corea y de que el cuadro heleno pierda con Argentina. Un panorama muy complicado.

El caso del anfitrión también funciona como símbolo en esta historia. Desde 1930 siempre el Seleccionado local logró superar la primera fase, sin embargo Sudáfrica está a punto de despedirse de su Mundial tras jugar sólo tres partidos.

Los Bafana Bafana debutaron con un buen empate contra México y luego fueron superados con claridad por Uruguay. La derrota 0-3 los deja en una posición muy difícil, ya que deben golear a Francia y rezar porque la Celeste y el Tri no igualen. El sueño de avanzar de fase por primera vez en la historia es casi una utopía.

Argelia completa el cuarteto de equipos que tienen un pie afuera del campeonato. Pese al gran empate que cosechó frente a la poderosa Inglaterra, los Zorros del desierto deberán vencer al duro Estados Unidos si quieren dar el golpe y llegar a octavos. El pobre nivel del único combinado árabe del Mundial transforma esa tarea en una misión imposible.

Las reales esperanzas de África son Ghana y Costa de Marfil. Las Estrellas Negras ganaron un encuentro y empataron otro, por lo que lideran el grupo D. De todas formas, su estilo de juego poco tiene que ver con las tradicionales características de las Selecciones africanas, ya que priorizan el orden defensivo por sobre el ataque. De hecho, los únicos goles ghaneses fueron de penal.

El caso de Costa de Marfil es distinto, porque tiene la gran oportunidad de hacer historia este domingo frente a Brasil. Si gana, el fútbol africano volverá a vivir y soñará con mejorar este triste comienzo de "su" Copa del Mundo. Pero si los Elefantes caen, los números que indican que este es el segundo peor Mundial de todos los tiempos para los Seleccionados africanos serán algo más que solo cifras y se transforman en la decepción más grande que podía sufrir el continente anfitrión.