<
>

El White brilla más que el Azzurro

BUENOS AIRES -- En medio de este Mundial mediocre en el que se habla más de los defectos de la pelota y de los insultos de un jugador contra su entrenador que del fútbol en sí mismo, hay una Selección que se siente en las nubes, que atraviesa el mejor momento de su historia.

Nueva Zelanda llegó a Sudáfrica con el único objetivo de sumar experiencia y evitar goleadas. La única referencia deportiva de estas islas de Oceanía es su extraordinario equipo de rugby, que, vaya coincidencia, tiene a su clásico rival en el combinado nacional sudafricano. Por eso, nadie esperaba nada de los "All Whites" en su segunda participación en una Copa del Mundo de fútbol.

Pese a esa indiferencia global, el plantel neocelandés sí soñaba con algo grande. Días antes del inicio del torneo el delantero Shane Smeltz afirmó: "Contra Italia ya jugamos un amistoso y yo metí un gol. Tuvimos una buena actuación y, aunque perdimos, eso nos dio confianza. No nos sentiremos intimidados por jugar contra Eslovaquia, Paraguay y ni siquiera contra Italia".

Últimos en todas las casas de apuestas, quien osó apostar un dólar a manos de Nueva Zelanda, ganará 1500 euros si levanta la Copa. Aunque lejos está esa utopía, la campaña neocelandesa en Sudáfrica es una verdadera sorpresa después de las dos primeras fechas.

Hoy la pelota redonda le ganó por una vez a la ovalada y el país goza por su humilde equipo de fútbol, que se clasificó tras vencer con lo justo a Bahrein. Este domingo quedará para siempre en el recuerdo de los "kiwis", que lograron sacarle un empate al campeón del mundo.

Cuando Smeltz anotó el primer gol todos pensamos que había sido un accidente e Italia daría vuelta el resultado en cuestión de minutos. Sin embargo, el tiempo pasó y pese al penal de Vincenzo Iaquinta que decretó el 1-1, la Azzurra casi nunca logró crear peligro contra el arco del seguro Mark Paston. Sí, las propias limitaciones del actual monarca futbolero influyeron en el resultado final, aunque también tuvo que ver la solidez de Nueva Zelanda.

Hasta esta Copa del Mundo, los All Whites habían disputado un Mundial y tres Copas de las Confederaciones. En esos cuatro torneos, cosecharon sólo un punto. En lo que va de Sudáfrica 2010, suman dos unidades y tienen chances de llegar a octavos de final, si le ganan a Paraguay.

Su presentación en un campeonato oficial fue en España 1982, donde compartieron zona con Brasil, Escocia y Unión Soviética. Fueron tres derrotas sin atenuantes, con doce goles en contra y dos a favor.

Más de veinte años después el fútbol neocelandés no ha experimentado un gran crecimiento en el ámbito internacional, pero su Selección ha marcado un hito que nunca se olvidará. Por una vez, los All Whites fueron más que los All Blacks.

BONUS TRACK: LA COMPLICIDAD ENTRE ÁRBITRO E INFRACTOR
La imagen es muy clara y no admite dobles interpretaciones. El referí francés Stéphane Lannoy bromea y se ríe con Luis Fabiano mientras le señala el antebrazo, extremidad con la que el goleador brasileño había bajado la pelota antes de definir y marcar el segundo gol de Brasil contra Costa de Marfil.

La jugada era muy difícil de ver, por la rapidez y por la posición del defensor. Por eso, el error puede considerarse normal. Sin embargo, todo se agrava desde el momento en el que el árbitro admite la acción con sus gestos y una de las decenas de cámaras captura ese diálogo.

El juez francés saldrá a aclarar, dirá que le estaba comentando al delantero que vio como la bajó con "el pecho", afirmará que le advirtió que estuvo a punto de tocarla con la zona prohibida. Nada servirá. Si pudo ver la jugada como para permitirse la broma, tuvo que haber visto la infracción. Le equivocación es parte de este deporte, pero no la burla.

Como para añadir más pimienta, la agencia EFE citó a la prensa brasileña, que en la previa había informado que el juez era hincha de la Canarinha desde niño.

Brasil ganó porque fue mucho más que una temerosa Costa de Marfil, sin embargo, la imagen del jocoso árbitro con el infractor quedará grabada como uno de los momentos más bizarros del Mundial.