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Un día albirrojo

BUENOS AIRES -- "Todo lo que sea por debajo de los cuartos de final será poco". Gerardo Martino llegó a Sudáfrica con un objetivo muy claro: superar la mejor actuación histórica de la Selección paraguaya en una Copa del Mundo. Hoy, el 29 de junio de 2010 esa meta fue cumplida y el fútbol guaraní vive el mejor momento de toda su historia.

Hasta este día de gloria, las momentos más importantes de la Albirroja habían sido las conquistas de las Copas América de 1953 y 1979. Pero esto es diferente, es llegar al cielo, a la cumbre, a un lugar que hace años era impensado, que era una utopía.

Paraguay es la sexta Selección sudamericana que se mete entre los ocho mejores del planeta en un torneo de esta categoría. Argentina, Uruguay y Brasil, los campeones que tuvo el continente, son las grandes potencias históricas, mientras que Chile brilló en 1962 y Perú en 1974 y 1978. Ahora, la Albirroja se une a esa lista de oro.

El entrenador Martino llegó a la dirección técnica tras ganar todo con Libertad, un club que volvió a llevar al fútbol de este país a la cima internacional, como alguna vez lo hizo Olimpia. El Mundial 2006 fue el peor de los últimos años y se necesitaba comenzar un nuevo proceso para volver a la elite. El Tata fue el hombre indicado.

El técnico argentino armó un equipo sólido como lo marca la tradición guaraní pero a eso le agregó una importante cuota de poder ofensivo. Gracias a esas dos armas letales, en las Eliminatorias hizo una excelente primera rueda, que le dio una tranquila clasificación para la cuarta Copa consecutiva.

El año mundialista empezó muy mal para el combinado nacional, porque la gran figura, el corazón de la ofensiva, fue víctima de un terrible incidente en México y perdió la oportunidad de disputar su primer Mundial. Salvador Cabañas recibió un disparo en la cabeza y las esperanzas de hacer un torneo histórico comenzaron a diluirse.

Sin embargo, la fuerza de un plantel diseñado para convertirse en leyenda pudo más que la tragedia y llegó a Sudáfrica con las mismas expectativas con las que terminó las Eliminatorias.

En la primera fase, el equipo ganó su partido más significativo frente a Eslovaquia y se clasificó en el primer lugar del grupo F, contra todos los pronósticos que ponían a Italia como amplia favorita a la clasificación. En el duelo contra el campeón del mundo, Paraguay mostró sus legendarias virtudes: una defensa sólida y garra en cada centímetro de la cancha. Con eso, le alcanzó para sacarle un empate y arrancar el campeonato de gran manera.

A diferencia de lo que sucedió en torneos anteriores, los octavos de final arrojaron un adversario no tan complicado. Inglaterra en 1986, Francia en 1998 y Alemania en 2002 fueron invencibles, pero este Japón podía representar el mejor rival para dar el gran salto.

Sin embargo, la Albirroja jugó su peor partido del Mundial y sufrió mucho más de lo aconsejable por cualquier cardiólogo. Asunción se paralizó para vibrar con su primera definición por penales mundialista y estalló con el gol de Tacuara Cardozo. Un dato clave: todos los futbolistas paraguayos ejecutaron sus disparos de una manera perfecta, con categoría y decisión.

Así llegó Paraguay a los cuartos de final de una Copa del Mundo. Así se metió entre los mejores del planeta. Así le dio un motivo más de orgullo a esta espectacular Sudamérica que brilla en Sudáfrica. Así le dio continuidad a un sueño que todavía no termina y espera seguir ante España. La utopía puede transformarse en realidad.

BONUS TRACK: EL CASO CRISTIANO RONALDO
Fue una sombra. Se escondió cuando se equipo más lo necesitaba. No pesó ni en ataque ni en el armado de juego. Casi no tomó contacto con la pelota. Desapareció aún más sobre el final del partido. Estas frases no describen la actuación de un futbolista mediocre del que no se espera nada. No, hablan de quien para muchos es el mejor de todos: Cristiano Ronaldo.

El ¿delantero? portugués pasó una vez más sin pena ni gloria por un campeonato importante y por eso le lloverán críticas, merecidas, en su país. Sólo marcó un gol frente a Corea del Norte y además estrelló un remate en el travesaño ante Costa de Marfil. Esas fueron sus mejores acciones en Sudáfrica. ¿El resto? Sólo protestas, miradas hacia las pantallas y errores a granel.

Será el momento para comenzar el debate acerca del verdadero nivel de algunos futbolistas. ¿Cómo es posible que alguien ose decir que Ronaldo es más importante en un equipo que Iniesta?

En esta era de globalización en la que una sonrisa para la cámara a veces "vende" más que una gambeta, es hora de volver a ver los partidos en la cancha o por televisión y dejar de creer que la realidad es la que se ve en los comerciales. Los grandes futbolistas son los que mejor juegan, no los más carismáticos.