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El Mundial, día a día (tercer puesto)

Tercer puesto

JOHANNESBURGO -- El Mundial se acerca a su fin pero al menos nos estamos despidiendo con buen fútbol. Hoy lo tuve claro desde el momento en que me senté a mirar Alemania-Uruguay: supe que iba a ver un partido de ida y vuelta, de esos que suelen ser los más entretenidos.

Lo que estaba en disputa era solamente un tercer puesto, pero eso ayudó a generar ese partido sin presiones, en lo que lo único que estaba en juego, ni más ni menos, era el honor de ganar.

Así es como aparecen partidos abiertos, con transición rápida, de área a área, y encima la lluvia puso su cuota. Con campo y pelota mojada, se aceleran los tiempos y también el pasaje por el mediocampo. El balón no se estanca, por el contrario, se desliza o vuela a toda velocidad hacia los arcos, que es donde está el máximo interés en este deporte.

Los dos, entonces, pusieron su mejor fútbol y sus mejores intenciones para ganar el partido. Alemania demostró que por algo había perdido ahí nomás con uno de los grandes candidatos a llevarse la Copa del Mundo (España), y jugó el partido de principio a fin dejando la misma imagen que en el resto del torneo: yendo a buscar y tratando de hacer goles.

Fue una especie de montaña rusa para los alemanes, igual: empezaron ganando, paasaron a perder y lo terminaron dando vuelta. Pero eso fue una prueba más de su capacidad ofensiva a toda prueba, ya que fuere cual fuere el resultado, ellos tenían entre ceja y ceja el arco de enfrente.

Y eso sucedió hasta el minuto final, ya que aun ganando, lo que más les preocupaba era seguir anotando. Ya 3-2 arriba, cada ataque de Uruguay que malograban intentaban transformarlo en una réplica a fondo.

Eso sí, terminó de quedar claro que algo les faltó contra España, y ese algo tiene nombre y apellido: Thomas Müller. Al verlo otra vez en acción uno se da cuenta de lo importante que hubiera sido su presencia en la semifinal, ya que tiene ese cambio de ritmo y esa llegada punzante que fue exactamente lo que escaseó ante La Furia.

Del lado de Uruguay, también podemos hablar de un equipo fiel a la imagen que había dejado en el resto del Mundial. Peleó cada pelota como si fuera la última, salió a buscar el gol cada vez que lo necesitó y no se rindió ni hasta el último segundo.

Pero cuidado, que el hecho de sean físicos y agresivos no quiere decir que no sean leales. En ningún momento recurrió Uruguay al juego malintencionado, y hablo de todo el Mundial, y eso es digno de destacarse para un equipo que hace de la entrega una bandera irrenunciable.

Y así fue que Uruguay le peleó el partido de principio a fin a Alemania. Fue una lástima que al final la balanza se inclinara por dos errores de Fernando Muslera, su arquero. De algún modo, esos dos goles (el rebote en uno, la mala salida en otro) me llevaron a recordar la primera ronda del Mundial, donde cada día teníamos una equivocación de los que cuidan el arco. A esta altura, dos y en un mismo partido son demasiadas...

En definitiva, los dos terminaron de gran manera una Copa del Mundo en la que no sé si alguno pensaba llegar tan lejos. Y reeditaron, en versión mejorada, el duelo por el tercer puesto de 1970, que había terminado 1-0 para Alemania. Eso sí, aquí se jugó mucho mejor al fútbol, como para desmentir a los que dicen que todo tiempo psado fue mejor.

BONUS TRACK: LA FINAL
No podía cerrar esta columna sin hacer mención al partidazo que nos espera el domingo: Holanda y España querrán, ambos, ganar su primera Copa del Mundo. Y los dos tienen argumentos para hacerlo.

Hay algo que está claro: son los dos seleccionados que más se merecen haber llegado a la final. Y no sólo por lo hecho en el Mundial, sino también por las eliminatorias y, en definitiva, por sus últimos dos años. Ambos fueron prácticamente imbatibles y por eso están donde están.

A mi manera de verlo, el duelo táctico presenta una doble enfrentamiento muy particular: por un lado, un buen ataque (Holanda) contra una buena defensa (España). Y por el otro lado, un ataque mediocre (España) contra una defensa mediocre (Holanda).

No creo que muchos discrepen con la primera parte de mi razonamiento: tanto la ofensiva holandesa como la defensa española han sido sólidas y consistentes. Quizás la segunda parte les haga más ruido, pero la verdad es que, al menos en mi opinión, el ataque de La Furia no tiene contundencia y la defensa naranja no ofrece máxima seguridad.

Algunos dirán: entonces el partido se resolverá en el mediocampo. Déjenme dudar: España puede y de hecho seguramente tenga mayor posesión, pero si no consigue transformarla en goles, eso le puede jugar en su contra. Un equipo tan rápido como Holanda puede hacer que el pasaje por el medio sea rapidísimo y aun así concretar en el arco contrario.

En fin, no nos adelantemos: que el domingo sean Holanda y España los que hagan todo lo que esté a su alcance para quedarse con la gloria máxima. Yo sólo espero disfrutar del mejor fútbol posible.

Felicidades.

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