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Omar González, de Darth Vader en México a defensa de EEUU

FILADELFIA -- Omar González había llegado recién al Pachuca de México, procedente de Los Ángeles Galaxy, cuando el presidente de su nuevo equipo le hizo una extraña petición: ¿Estaría dispuesto a disfrazarse de Darth Vader para la conferencia en que se le presentaría oficialmente?

Desde luego, respondió González, quien dio el papel a la perfección, con su estatura de 1.95 metros (seis pies y cinco pulgadas). Desde entonces, encabeza el “imperio” a la defensiva.

“Había firmado el contrato 15 minutos antes de eso, así que dije ‘sí, seguro’. El disfraz era un poco pequeño”, rememoró González. “No sé si habían conocido a otro mexicano de mi tamaño”.

González, quien tiene ahora 28 años, figura entre los jugadores que tratan de impresionar al seleccionador estadounidense Bruce Arena durante la Copa de Oro. La selección de las Barras y las Estrellas enfrenta este miércoles a El Salvador en los cuartos de final.

El zaguero debutó como seleccionado en agosto de 2010, durante un amistoso contra Brasil, que esa noche en Nueva Jersey envió a la cancha por primera vez a un delantero adolescente llamado Neymar.

Luego, González se convirtió en uno de los futbolistas mejor remunerados en la MLS, pero su carrera se estancó. Sufrió una ruptura de ligamento en una rodilla durante su primera práctica tras ser cedido a préstamo en enero de 2012 al club alemán Nuremberg. Otra lesión de rodilla le impidió jugar de inicio en los primeros dos duelos del Mundial de 2014.

Y durante sus últimas temporadas con el Galaxy nunca alcanzó su mejor nivel.

Decidió cambiar su actitud y descansar más. Firmó con el Pachuca en diciembre de 2015, un año antes de coronarse en el torneo Clausura. Ahora, se destaca en un club que disputará el Mundial de clubes a finales de este año.

“Ha madurado. Cuando tienes talento y otra gente lo cree, es algo bueno”, consideró el arquero estadounidense Tim Howard. “Cuando de verdad te das cuenta de tu talento y tu potencial, parece como si todos los demás se movieran más lentamente en un partido, te sientes muy cómodo con tus movimientos y tu comunicación”.

Nacido en Dallas, de padres mexico-estadounidenses, González pudo haber jugado para cualquiera de las dos selecciones. Elegido para el equipo universitario ideal cuando militaba en Maryland, fue la tercera selección general en el draft de 2009. En esa temporada, fue elegido el Novato del Año con el Galaxy, donde lo dirigía Arena.

Durante la estadía del defensa en Los Ángeles, conoció a Erica, su futura esposa, en la fiesta por el cumpleaños 30 de Kenny Arena, hijo y ahora asistente del entrenador.

Hubo cambios en la vida de González tras su mudanza de California a Pachuca, una ciudad de unos 265 mil habitantes, donde reside actualmente con Erica y con sus dos hijas, Isla de 2 años y Colette de 1.

“Es un estilo de vida totalmente diferente”, reconoció. “En Los Ángeles, terminas el entrenamiento, te sientas y piensas, ‘¿qué haré hoy?’ Siempre hay algo. En Pachuca, no hay tanto que hacer en realidad”.

Para Arena, eso no es necesariamente negativo.

“Mudarse a Pachuca le ha permitido concentrarse un poco más... No creo que tenga las distracciones que hubiera tenido en Los Ángeles”, comentó.

La familia suele hacer el viaje de una hora en camioneta hasta una tienda Costco en la Ciudad de México, para realizar las compras. Trata de revisar el calendario, para no hacerlo a la mitad del mes o al final de éste.

“No vas al centro comercial cuando es día de paga, porque entonces está lleno”, explicó.

González está convencido de que su carrera no habría resurgido si no se hubiera marchado de Los Ángeles.

“Definitivamente, esto me hizo un mejor jugador y una mejor persona. Vivir en una cultura diferente y en un país distinto. Vivir en un ambiente al que no estaba habituado”, dijo González.

Ahora, compite por alguno de los puestos en la selección estadounidense que podría clasificarse al Mundial del año próximo. Y parece que la fuerza acompaña a Darth Vader.

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