Fútbol Americano
Jordi Blanco | Corresponsal 8y

Messi se regala otra noche mágica en triunfo sobre Sampdoria

BARCELONA -- El Barcelona homenajeó el recuerdo del Dream Team que conquistó la Copa de Europa en 1992 regalándole a Leo Messi otra noche para el recuerdo.

El equipo de Luis Enrique venció por 3-2 a una trabajada pero inferior Sampdoria con calma, sin aspavientos y con más intenciones que realidades. Pero por encima de todo y de todos alumbró, otra vez, el '10'. En el fondo la película siempre disfruta del mismo protagonista.

Hubo un tiempo, ya muy lejano, que el Camp Nou se llenaba en el trofeo Gamper (cuando se disputaba en dos jornadas) para que la hinchada conociera en primera persona a los fichajes. Hoy todo ha cambiado.

Ni el público que asiste al torneo (unas 72 mil personas en esta edición) es el mismo que acude al Camp Nou durante la temporada ni las figuras de Digne, Umtiti, André Gomes, Denis o el mismísimo Pelé podrían ensombrecer la brillantez que emana del futbolista franquicia de este club.

Messi, descubierto por el barcelonismo una noche de Gamper en 2005, anotó dos goles para igualar como máximo realizador de la historia del torneo (siete dianas) con Asensi, Begiristain y Stoichkov, y jugando sin más estridencias de las necesarias se convirtió en el protagonista estelar de la noche.

Obsequió con una asistencia de genio para que Suárez abriera el marcador y después redondeó con un segundo gol excepcional en que burló al portero con una simpleza inmisericorde y anotó el 3-1 con un lanzamiento directo que en cierta manera hasta recordó al gol histórico de Koeman en 1992.

Ajustado a la derecha del portero y a media altura. Así entró el disparó de la Pulga; sin la potencia con que marcó el holandés aquel legendario 20 de mayo de 1992 pero con una suave brillantez inigualable.

Dando la sensación que a poco que quisiera, y en condiciones normales, el Barcelona podría golear a la Sampdoria, el trofeo se quedó en casa por la mínima, después de que dos errores defensivos condenaran primero a Bravo y después a Ter Stegen, que nada pudieron hacer para detener los disparos a quemarropa de Muriel y Budimir.

Umtiti jugó la parte final del choque y pasó casi tan desapercibido como André Gomes; Digne cumplió con sobriedad y Denis Suárez ofreció en cuentagostas un toque de calidad en el centro del campo desconocido desde la marcha de Xavi.

Poco más hubo a destacar... Aunque volvió a evidenciarse que la defensa precisa mejorar, que Douglas (no jugó) no cuenta para nada, que Samper y Munir (los últimos en entrar al partido) pueden tener las horas contadas en el vestuario y que la batalla entre Ter Stegen y Bravo sigue en el plano.

Por encima de todo y de todos, sin embargo, un nombre. Otra vez Leo. Siempre Leo Messi.

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