Fútbol Americano
Jordi Blanco. ESPN Digital. 8y

Noche de estreno para Messi... y Luis Enrique

BARCELONA -- Desde la Liga de la temporada 2004-05 y hasta la Copa del Rey de la campaña 2015-16, Leo Messi disfrutó de 28 títulos como jugador del Barcelona, pero nunca levantó el título. Hasta el 29.

Lesionado Iniesta, Messi fue el capitán, por fin, en una final. Un torneo menor y de segundo orden comparado con las Champions y demás, pero la oportunidad de levantar un trofeo. Y por fin lo hizo.

Puyol y Abidal, Xavi e Iniesta tuvieron ese privilegio desde el día en que Leo ascendió al primer equipo y a lo largo de los doce últimos años. La ‘Pulga’ fue ascendiendo en el escalafón del vestuario hasta alcanzar el segundo lugar por detrás de Andrés y por delante de Busquets y Mascherano.

Que es el jefe del equipo, del vestuario y uno de los personajes capitales en todo el club nadie lo pone en duda. Le faltaba lucir el brazalete de capitán en una noche especial. Y ya lo hizo.

LUIS ENRIQUE CIERRA EL CÍRCULO

Y coincidió ese hecho con una circunstancia especial para el entrenador, un Luis Enrique que cosechó su octavo trofeo desde que dirige al Barcelona, empató con Pep Guardiola y cerró el círculo al conseguir por vez primera la Supercopa de España.

El primer Barça de Lucho no pudo disputarla por cuanto el equipo dirigido por Martino ni ganó Liga ni Copa, (la Supercopa de 2014 la disputaron los dos equipos de Madrid), así que debió esperarse a 2015 para sacarse la espina. Enfrentado al Athletic de Bilbao, sin embargo, su equipo fue derrumbado la pasada temporada encajando en San Mamés un 4-0 incontestable que no se pudo ni aspirar a remontar en el Camp Nou.

La primera en la frente para evitar el pleno de títulos fue un golpe duro de encajar en el carácter del técnico.

Y volvió a tener la oportunidad como doble campeón de Liga y Copa este año. Y su tercer Barça, el más potente según sus propias palabras, dio buena cuenta del Sevilla para ser Supercampeón y obsequiar al entrenador asturiano con la única medalla que le faltaba al frente de un Barcelona que dio la sensación de estar preparado, absolutamente, para comenzar la Liga.

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