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BARCELONA -- Luis Enrique repitió en la sala de prensa que habría rotaciones… Y tras el entrenamiento previo al viaje a Madrid sorprendió con una convocatoria donde las ausencias llamaron más la atención que las presencias. Volvieron a la lista Denis Suárez y Rakitic… Y quedaron fuera Sergio Busquets y Aleix Vidal. Tampoco viajarán a Madrid Digne y Jordi Masip, quien merecería un apunte para él solo, pero el doble descarte de Busquets y Vidal provocó todos los comentarios alrededor del vestuario. “Yo no entiendo de un equipo H o J. Todos son jugadores del Barça” reafirmó el entrenador ante los periodistas para rechazar la existencia de un equipo tipo y dio alguna pista de lo que se avecinaba. “Sabíamos que teníamos un ciclo de 7 partidos en 23 días de los que llevamos dos; hay que ver cómo están los jugadores e ir tomando decisiones” aventuró. DOBLE VISIÓN La respuesta llegó tras el entrenamiento con la convocatoria. Y con la doble lectura respecto a las bajas. Sergio Busquets, que no se había perdido ni un partido de los seis del Barcelona y los dos de la selección desde que comenzó el curso, se queda en casa para descansar. Porque el mensaje referido al canterano es evidente. Aleix Vidal, titular por segunda vez esta campaña frente al Alavés y a quien Luis Enrique ya dejó fuera de la lista frente al Celtic, tampoco viajó a Madrid. Su regreso a ostracismo es una obviedad. En Leganés Luis Enrique podría darle la manija a Rafinha, Mascherano o André Gomes, por cuanto Sergi Roberto, otra de las opciones y quizá la más lógica, deberá permanecer en el lateral diestro por, precisamente, la ausencia de Vidal. Presente en las últimas 12 jornadas de Liga, en que solamente se perdió 24 minutos de los 1.080 minutos de juego, la importancia de Busquets en los esquemas del Barça se adivina tan trascendente como la del propio tridente, por lo que está claro que Luis Enrique quiere restarle peso a sus piernas para tenerle en condiciones, sin ir más lejos, el miércoles frente al Atlético de Madrid. El caso del lateral, llegado en julio de 2015 desde el Sevilla y apartado de los campos hasta enero de 2016 por la sanción de la FIFA que debía cumplir el Barcelona, empieza a quemar en el entorno del club. Si Arda Turan completó una segunda mitad de temporada tan deprimente como Aleix Vidal, el inicio de este curso ha descubierto una versión mejorada del turco… Y la continuación en el lío que atenaza al catalán. Un lío a nivel deportivo y un laberinto a nivel personal, tras conocerse, por boca suya, que había mantenido al comenzar la pretemporada una charla personal con el entrenador en la que “nos dijimos todo lo que nos teníamos que decir”. No se sabe qué pudieron decirse, pero sí se sabe, las estadísticas no engañan, que Aleix vuelve a estar en un callejón sin salida. El diario As publicó, cuando el mercado de fichajes había acabado, que Vidal trasladó al club su interés en marcharse (cedido o traspasado) por sospechar la situación que le esperaba y que el Barcelona rechazó tal opción. El silencio hace más que creíble la noticia y el devenir de los días y partidos confirman los malos presagios del jugador, cuyo papel en este Barça lleva camino de ser invisible.
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