BARCELONA -- El nombre de Eusebio Sacristán, dicen, se apuntó en el Camp Nou cuando se conoció que Luis Enrique abandonaría el Barça a final de temporada. Despedido de mala manera el 9 de febrero de 2015 como entrenador del filial azulgrana, el técnico de la Real Sociedad se apresuró a borrarse de cualquier lista proclamando su deseo de seguir en San Sebastián… Y este sábado aparece por Barcelona en plena tormenta.
A Eusebio le duele el Barça. A pesar de todo lo vivido en primera persona, de la decepción que le supuso la forma en que le despidió Johan Cruyff en el verano de 1995 y el golpe bajo que encajó con su cese en 2015, Eusebio mantiene un cariño incondicional por el club azulgrana, más allá de haberse convertido en su verdugo en Anoeta y de que su regreso ‘a casa’ esté rodeado ahora de un conato de incendio evidente en el Barcelona.
Integrante del cuerpo técnico de Frank Rijkaard durante cinco temporadas en el Barça (entre 2003 y 2008) antes de conducir al Barça B a la mejor clasificación histórica en Segunda División, el entrenador castellano ha sido considerado en varias ocasiones como un buen aspirante al banquillo del primer equipo. Este que hoy genera tantas dudas.
Eusebio era la misma cara de la moneda que personaliza Unzué pero con la diferencia que el navarro, el ayudante de Luis Enrique, es visto como una solución de continuidad en el club y el técnico de la Real como un cambio absoluto. Tal es la forma en que se contemplan las cosas en el Barça.
La ironía aparecería en que Unzué sí estaría en disposición (aunque ahora su candidatura pierde peso) pero no Eusebio. Aunque al fondo sigue apareciendo Ernesto Valverde como el candidato mejor posicionado en una quiniela que se asegura alrededor del Camp Nou sumará otros nombres en las próximas semanas. Y contra lo dicho y repetido, de entrenadores sin ese ADN que no hace tanto se consideraba intocable.
Òscar García, canterano azulgrana, colega de Guardiola, alumno aventajado de Johan Cruyff y virtual campeón de Liga en Austria por segundo curso consecutivo a través de un fútbol de indiscutible personalidad azulgrana, se catapulta como una tercera vía a la que no se atendía hace algunos meses y que ahora empieza a ganar presencia…
Pero lo que no se entiende, de alguna manera, alrededor del Camp Nou es que a estas alturas, un mes y medio después de que Luis Enrique anunciase su marcha a fin de temporada, se sigan con las especulaciones acerca de su sustituto. Y que no haya un discurso concreto de cara al proyecto que se deba comenzar.
Viviendo al día, el ‘partido a partido’ al que se ha entregado el equipo se ha trasladado a todo el club y en plena tormenta nadie es capaz de ofrecer un discurso sereno a la vez que concluyente. Nadie sabe, nadie contesta…