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La hora final del Barcelona

BARCELONA -- Entre la resignación y la esperanza el Barcelona aparcó la decepción europea para centrarse en un Clásico con sabor a final ya sin vuelta atrás, aislándose del ruido mediático que se multiplica a su alrededor y dispuesto a hacer de la necesidad virtud, mirando al Bernabéu con todo.

En la misma sala de prensa del Camp Nou, minutos después de la eliminación frente a la Juventus, Luis Enrique proclamó el ánimo que debe impregnar a su equipo y que trasladó a la opinión pública.

“No hay mayor motivación para un culé que ir a jugar a Madrid y ganar” manifestó el entrenador asturiano, en un discurso enrabietado al que se sumó Piqué: “Vamos allí a ganar, a un campo que se nos da bien”.

El Barça, de hecho, se apoya más en la historia que en el presente. Prefiere aparcar las malas sensaciones que ha mostrado en las últimas semanas y pone en el plano que de los diez últimos Clásicos disputados en el Bernabéu el equipo azulgrana ganó el doble, seis, que el Real Madrid, tres. O que los 20 últimos choques entre ambos en el campeonato han sonreído al Barça en 10 ocasiones por solo 6 a los merengues.

CONFIANZA Y SILENCIO

“El Real Madrid es un equipo muy eficaz, pero tampoco está haciendo un fútbol fantástico”, apuntó José Mari Bakero ya antes del desenlace de los cuartos de final de la Champions, dando a entender, además, que el duelo directo entre los dos gigantes de la Liga “siempre” tiene un pronóstico incierto.

“El Barcelona puede sacar provecho de la euforia del Real Madrid y en esta clase de partidos el que está más necesitado suele sacar fuerzas” destacó Óscar García, quien no olvidó que en la última década “el Barça ha sacado buenos resultados del Bernabéu”.

En el vestuario del Camp Nou, tras la última andanada de Piqué, el silencio es absoluto y las dudas aumentan por conocer los planes de un Luis Enrique que ya se ha hecho a la idea de no poder contar con Neymar, por más que el Barcelona espera a la resolución del TAS después de la sanción a la que fue castigado.

Entre Alcácer, Arda Turan o incluso Andre Gomes se especula saldrá el sustituto del astro brasileño, en lo que se sospecha el partido cumbre de Luis Enrique en recta final como entrenador de un Barcelona alrededor del cual existe una calma tensa, a la espera de lo que suceda en el terreno de juego, para encarar un futuro que muchos, aún, lo mantienen dependiente de los resultados y por encima de las sensaciones futbolísticas propiamente dichas.