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Que nadie entierre aún a este Barcelona

BARCELONA -- Al Barcelona, a este Barcelona, no se le puede dar nunca por muerto. Capaz de gestas imposibles, en el Clásico llevó su leyenda hasta el más allá y puso en el plano lo que se avecina en este fin de curso que puede colocarle en la leyenda. Una despedida épica a una época majestuosa.

Lionel Messi renovará pidiendo a gritos un proyecto deportivo de futuro acorde con su grandeza. La grandeza que expresó en el Bernabéu y que puede provocar que el adiós de Luis Enrique sea feliz en el imaginario de un club que, acabe como acabe la temporada, está obligado a renovar su vestuario.

Pero el Barça, este Barça que ha navegado entre la majestuosidad y la decadencia, aún está en disposición de ofrecer su último e inolvidable concierto. A la espera de que la conclusión de la temporada devuelva al plano los deberes necesarios en la parcela técnica, el equipo azulgrana se enfrenta a un fin de curso en el que debe demostrar su grandeza.

Y no es poca cosa poner en el escenario sus merecimientos. La columna vertebral, veterana, del Barcelona ha coleccionado títulos por doquier. Desde Iniesta y hasta Mascherano la feliz época que comenzó bajo el mando de Pep Guardiola en 2008 ha conquistado tres Champions, seis Ligas, tres Mundiales, tres Supercopas de Europa, cuatro Copas del Rey y cinco Supercopas de España. Un palmarés inigualable que aún puede ampliarse.

Con el futuro llamando a la puerta, el presente aún reserva las últimas emociones y ese Barça al que se enterró tras la depresiva noche vivida frente a la Juventus retomó toda su audacia en un Clásico que pasará a la historia por varios motivos.

Descubrió que Zidane no es perfecto, reconfirmó que el Bernabéu es un escenario amigo para el equipo azulgrana y dejó claro que el número uno, indiscutible, se llama Leo Messi. Y, con todo ello, mostró al mundo que el final de la era Luis Enrique que debe dar paso a una renovación sin disimulo puede, todavía, hacer justicia con su historia reciente.