MADRID -- Luego de la derrota por 2-3 ante el Barcelona en el clásico del futbol español del domingo pasado, el tercer descalabro del Real Madrid en lo que va de la campaña, a Zinedine Zidane le ha caído un aluvión de críticas.
Alinear a Gareth Bale luego de dos partidos fuera por lesión tan sólo para que pidiera su cambio al minuto 36 por una nueva dolencia. El hecho de haber dejado en la banca al español Isco, algo que suele ocurrir en los juegos llamados ‘grandes’, la falta de eficacia de su delantera (falló 14 veces frente a Barcelona), o que sume seis partidos encajando gol.
Lo que más se le ha recriminado es el hecho de haber perdido una valiosa ventaja frente al rival en la lucha por el título a sólo cinco jornadas del final; seis para el Madrid, que tiene un partido pendiente.
Pero Zidane ha decidido ponerlo en perspectiva: el técnico recordó que el Madrid aún “depende de sí mismo” para llevarse el título gracias a ese partido pendiente y que no sucumbirá ante la presión por las críticas.
“Cada quien puede opinar. Ahora el Barcelona va a ganar la Liga y el Madrid no vale nada. Sabemos perfectamente que no es así”, señaló el técnico merengue en rueda de prensa previa al encuentro que su equipo disputará éste miércoles ante el Deportivo la Coruña.
Zidane reconoció que el clásico “Era un partido que era mejor no perder”, no obstante, recalcó que, “solo son tres puntos perdidos y mañana podemos ganar otros tres (ante el Deportivo); pensamos únicamente en eso. No vamos a cambiar nada de lo que estamos haciendo. Nada. Seguimos con lo nuestro. Perder un partido, puedes perder un partido (y seguir vivo en Liga)”.
En esa misma línea, el técnico apuntó que no “cambiaría” ninguna de sus decisiones, llevaran o no a la derrota, pues sigue pensando que su equipo hizo un “buen partido” pese a disputar los últimos 12 minutos en inferioridad numérica y que pudo decantarse para cualquier lado.
“No cambiaría absolutamente nada. Perdimos un partido. Punto. Errores cometimos todos, yo el primero. Pero asumimos el riesgo de lo que hicimos. De cara al mundo hicimos un buen partido los dos equipos. Ganaron ellos y ya está. Se acabó el tema. Y lo digo con molestia porque no me gusta perder, pero no cambiaría nada.
Es así (suele recibir muchas críticas). Nosotros tenemos que aguantar las críticas. Cuando jugamos bien estamos contentos que se hable bien y cuando perdemos hay que saber aceptar las críticas y a veces te da más rabia, más ganas”, dijo Zidane.
Pero con el fin de temporada a la vuelta de la esquina, en Madrid empieza el nerviosismo al ver que el equipo merengue no está tan cerca del título como se sentía hace un mes, cuando llegó a sacar seis puntos de ventaja al Barcelona, y la maquinaria de rumores en la prensa local se ha puesto en marcha. Desde los posibles candidatos para sustituir al técnico en caso de cerrar sin ganar un solo trofeo, hasta las persistentes dudas en torno a su insistencia de confiar en la BBC por sobre los demás delanteros.
“Yo no me siento obligado para nada más que hacer el máximo cada día y cada partido. Luego en el futbol tú no puedes especular o pensar…
La realidad es el día a día y nosotros tenemos nuestro destino en nuestras manos. No dependemos de nadie ni de nadie”, recalcó Zidane, que por otro lado, consideró “normal” el ruido mediático tras la derrota.
“Llevo 17 años en el Madrid y 25 en el futbol. Cuando pierdes es normal (la presión). Estamos acostumbrados y lo único que podemos hacer es luchar igual. Tener la idea de que lo que estamos haciendo está bien hecho. No cambia nada, a final de temporada va a pasar lo mismo. Nos quedan seis partidos de Liga y como mucho tres de Champions. Vamos a intentar hacer lo máximo”, señaló.
Eso sí, reconoció que su equipo está fallando demasiado de cara a gol y que tiene que buscar una solución si no quiere volver a llevarse una desagradable sorpresa como la del domingo.
“Con las ocasiones que tenemos podemos decir que estamos fallando, pero preocupado no estoy. Preocupado si no tuviera ocasiones para hacer goles. Pero con las que tenemos, sí, necesitamos meter más goles. Y matar los partidos sobre todos. Que a veces tenemos la posibilidad”, apuntó.
En el caso de las aptitudes en el juego defensivo de sus hombres – que al final fue lo que realmente les costó la derrota al no saber frenar un contraataque - se ha quedado para mejor ocasión; la próxima temporada, casi, pues la situación no va a mejorar hasta que el equipo merengue no se refuerce con un suplente natural para Casemiro (el único que no tiene), otro lateral zurdo de jeraquía, un central que sustituya a Pepe y, lo que más desea la directiva, David De Gea, un portero de renombre mundial por el que de acuerdo a la prensa inglesa el club podría llegar a ofrecer hasta 70 millones de euros.