Fútbol Americano
Jordi Blanco, Corresponsal en Barcelona 7y

La triste decadencia de un campeón

BARCELONA -- El Barcelona fue pero ya no es. Mandó pero ya no manda. Creó escuela y se convirtió en un modelo a seguir que maravilló al universo del futbol… Pero se creyó tan intocable, tan superior y tan perfecto, que no atendió a mantener el modelo, ya no a perfeccionarlo, y cuando se dio cuenta era tarde.

El Real Madrid le ha adelantado y ha tomado el mando. No solo en resultados, que también, sino, lo más preocupante, en el ánimo de un futbol que se conoce en el Bernabéu y no se encuentra en el Camp Nou.

Luis Enrique devolvió el orgullo tras un año para olvidar de Gerardo Martino e imponiendo un nuevo modelo, en manos de un tridente que en cuanto comenzó a funcionar se convirtió en inabordable, cerró su primer curso conquistando un triplete que aparcó cualquier debate.

Se había traspasado a Thiago y a Xavi ni se le ocupó en buscar un sucesor. Como tampoco se atendió a reforzar el puesto de Sergio Busquets ni, tampoco, se fichó a nadie con los suficientes galones para combinar el puesto con Andrés Iniesta. Volcado en el ataque el Barça olvidó que su sala de máquinas, su centro del campo, la segunda línea, era fundamental.

Y poco a poco, sin prisa pero sin pausa, fue perdiendo la personalidad que le convirtió en eterno. Siguió ganando pero lo hizo sin aquella exquisitez del pasado y colocando en el plano a sus tres delanteros de oro ya nada fue igual.

El llamado fondo de armario nunca le respondió. Los fichajes no alcanzaron para mantener la esencia y el equipo envejeció, sigue haciéndolo, con la mirada entre perdida y decadente. Mientras el Real Madrid cabalga el Barcelona corre con problemas y hasta se arrastra sin mirarse a sí mismo. Siempre confiado en la MSN, siempre confiado en la calidad de sus tres indiscutibles.

Pero si los jugadores ganan partidos, son los equipos los que conquistan campeonatos. Y a la tercera temporada de Luis Enrique su método se ha demostrado agotado. Ni supo encontrar respuestas novedosas ni, lo peor, halló respuestas.

Lionel Messi cerró el curso con 37 goles en la Liga y el tridente se disparó por encima de los 100 goles en la temporada… Pero el Barça ni ganó la Liga ni, tampoco, jugará la final de la Champions. Quizá con esos datos se puedan explicar muchas cosas…

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