Sin reproches. Sin remordimientos. Luis Enrique dice marcharse “libre de pecado” y con la conciencia tranquila de haber dado el máximo en los tres años que se mantuvo al frente del Barcelona.
El entrenador se ha despedido tras conquistar la Copa del Rey, su noveno título de 13 posibles al frente del cuadro culé, gracias a la victoria por 3-1 sobre el Alavés en el encuentro disputado este sábado en el Vicente Calderón.
El entrenador español se va, dice, después de tres años de trabajo “intachable”, por su parte y la de los jugadores, a quienes agradeció su “profesionalidad” y haber dado siempre el máximo.
“He recibido el ciento por ciento, he intentado sacarles el ciento por ciento, es en su mejor interés y lo entienden. Nos exigimos al máximo. Igualdad en ese sentido. No tengo reproches y nadie puede reprocharme nada”, dijo Luis Enrique en rueda de prensa tras el encuentro, la última que dará como entrenador del Barcelona.
Luis Enrique dijo no tener sentimientos encontrados al dejar el club, pues como ha repetido hasta el cansancio desde que anunció que no continuaría al frente del equipo, ha sido él quien consideró que la separación era “la mejor decisión”. Para el asturiano, cerrar el ciclo con un título más que suficiente motivo para irse satisfecho.
“(No siento) tristeza en absoluto. Soy yo el que ha decidido que es lo mejor. A mí me va a venir de maravilla y a los jugadores también. La manera en que vivo mi profesión implica desgaste. No tengo tristeza, todo lo contrario; tenemos números muy buenos. Nos hubiera gustado ganar La Liga y estar en Champions, no ha podido ser, pero la afición se da cuenta del esfuerzo que han hecho los jugadores a lo largo de la temporada.
"Hemos hecho lo que hacemos al acabar la temporada. Es de todos. Somos una gran familia; las personas encargadas de ayudar a los jugadores de mejorar en su rendimiento y si se lo podemos dedicar a la afición que ha venido a apoyarnos, mejor. Esto significa que en estos tres años hemos tenido un rendimiento intachable”, destacó el entrenador.
El técnico recalcó que ha “disfrutado muchísimo” su etapa al frente del cuadro blaugrana y ha dedicado su último título a su “familia”. “He disfrutado muchísimo, claramente, o no sería entrenador. Si tienes oportunidad de hacer felices a los culés, levantar títulos, que se sientan orgullosos, mejor. Se lo dedico a mi mujer y mi familia que son los que más sufren a Luis Enrique cuando llega cabreado después de una derrota”, dijo.
En cuanto a su futuro, el técnico dijo no haber tomado una decisión. No obstante acotó que está “abierto a cualquier posibilidad. Incluso a cambiar de deporte y ser entrenador en otro deporte porque soy muy competitivo y se me da bien”.