Fútbol Americano
Jordi Blanco | ESPN Digital 7y

Un cambio y renovación llegan al banquillo del Barça

BARCELONA -- Ernesto Valverde será el décimo entrenador del FC Barcelona desde que comenzó el siglo XXI y está llamado a recuperar las esencias futbolísticas de un equipo que vivió su mayor gloria bajo el mando de Pep Guardiola y al que Luis Enrique devolvió el orgullo del ganador… Por encima de cualquier otra circunstancia.

Luis Enrique y Valverde son las dos caras de una misma moneda. El fondo no es tan diferente aunque las formas son diametralmente distintas. Y, por encima de todo, con el ex técnico del Athletic de Bilbao pretende el Barcelona que al liderazgo de la MSN se sume la recuperación del futbol de combinación.

El estilo de Valverde casa con el Barça porque gusta de tener la pelota, gusta de llevar el control del juego y gusta de jugar al ataque. “Ser protagonista” es una apuesta indiscutible en el credo del nuevo entrenador azulgrana, quien falta por ver si se adaptará al 4-3-3 habitual de su nuevo equipo o pudiera imponer de alguna manera ese 4-2-3-1 que utilizó casi siempre en el Athletic.

La presencia de un doble pivote, algo inédito en este Barça pero que le dio los mejores éxitos a la selección española con Xabi Alonso y Sergio Busquets, significaría un cambio evidente en la personalidad futbolística del equipo azulgrana, que deberá devolver al plano esa presión alta, con la ayuda de la segunda línea como ocurría en el pasado y que ha sido seña de identidad en el Athletic.

SERENO Y CORDIAL

“Me voy porque es lo mejor para mí y lo mejor para el equipo”, aseguró Luis Enrique en la sala de prensa del Vicente Calderón, dando a entender que su exigencia, máxima, y su forma de ser, directa, acabó por provocar un desgaste en las relaciones personales entre el entrenador y la plantilla.

Valverde no tiene ese carácter tan intransigente. “Da libertad a los jugadores pero espera que ellos le respondan”, explicó a ESPN uno de sus ex futbolistas, que apunta a que su experiencia en equipos de gran entorno pasional como pudieron ser Olympiakos o Valencia invita a pensar que la presión que tenga en el Barcelona “no le tome de sorpresa”.

Dialogante pero firme, sabe escuchar a los suyos antes de tomar la decisión que estima adecuada y mantiene una relación cercana con sus jugadores, a los que para los que siempre tiene el argumento de sus decisiones. “Se hace entender” resume el mismo futbolista que trabajó a sus órdenes en el pasado.

Respecto a su relación con los medios de comunicación la diferencia con Luis Enrique es absoluta. En Bilbao ha mantenido una relación muy cordial, no recordándose ningún enfrentamiento y sí, en cambio, un diálogo franco en el que no ha existido esa tirantez que se ha vivido en los últimos años con el entrenador asturiano.

Tampoco ofrece entrevistas personalizadas pero se maneja con calma, aceptando las críticas y apartándose del plano en los buenos momentos, cuando traslada a sus hombres los méritos.

Para Valverde el Barcelona no es una aventura desconocida. Sabe a dónde llega y lo hace, se afirma en el entorno del Camp Nou, en el momento oportuno. Ya estuvo en la agenda de Zubizarreta en 2013 pero el entonces presidente Sandro Rosell eligió a Gerardo Martino.

Cuatro años después le llega la oportunidad.

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