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Getafe vuelve a Primera un año y un mes después de descender. El cuadro azulón venció por 3-1 al Tenerife en la vuelta de la Final de Ascenso de la Segunda División Española disputada este sábado en el Coliseum Alfonso Pérez. Getafe no había dado una en la ida; se había entregado totalmente al Tenerife y por no intentar, no habían tenido un solo tiro claro a la puerta de Dani Hernández. Los canarios, con medida superioridad, se conformaron con una victoria por 1-0. La ventaja probaría ser insuficiente antes de que se cumplieran diez minutos de juego en la vuelta. Getafe fue un equipo totalmente diferente al que había sido tres días antes. Su actitud y la precisión de su juego no dejó lugar a dudas de que esta vez se había tomado en serio a sí mismo y estaba dispuesto a demostrar por qué había acabado la temporada como uno de los equipos más regulares de la Segunda División española. Los azulones fueron de Primera desde el primer instante. Contrario a lo que habían hecho el miércoles, sacaron el máximo provecho de las virtudes de sus hombres de ataque mostrándose amenazantes desde el primer toque. En cambio, los canarios perdieron esa sensación de seguridad que les había dejado la victoria en la ida apenas pisar el terreno de juego, y si bien tuvieron dos armas peligrosas Amath y el Choco Lozano, no acabaron de sacarles provecho debido a la imprecisión de sus pases. Tampoco ayudó la inusual debilidad defensiva debido a los cambios obligados en la central. A los 10 minutos de juego, Getafe ya ganaba por 2-0, en parte, por los errores del Tenerife. Los locales se adelantaron gracias a Faurlín, que batió a Dani Hernández con un potente disparo después de que Jorge Molina fallara en un tiro de esquina. Dos minutos después, Dani Pacheco duplicó la ventaja de los suyos tras una jugada sublime de Chuli, que le puso un balón pintado desde la segunda línea. Tenerife no daba crédito a su mala suerte, aunque se lo tomó con calma pues sólo necesitaba un gol para hacerse con el boleto a primera. Se lo encontraron casi sin buscarlo, en un despeje terrible de Gorosito que acabó en los pies del hondureño a unos pasos de la puerta de Guaita. El tanto devolvió la falsa seguridad a los canarios, que cerraron filas para evitar que Getafe volviera a hacer daño. Y durante media hora el plan pareció funcionar a la perfección, pero conforme pasaba el tiempo los madrileños encontraban cada vez más huecos en la defensa hasta que cerca del descanso encontraron el tercero. Fue una jugada preciosa entre Portillo y Jorge Molina, que probó a Dani Hernández casi a quemarropa. El arquero alcanzó a tapar, pero el rechace le quedó a modo a Pacheco, que venía acompañando en la jugada y justo en ese momento se colaba en el área desde atrás. Así, Getafe se fue al descanso como equipo de Primera División. Los canarios, en plena crisis, no atinaron a volver al partido y si habían tenido un primer tiempo impreciso y errático, el segundo fue mucho peor. Otra vez necesitaban sólo un gol para subir. Pero ni con la precisión al pase de Aarón Ñíguez, que entró en la segunda parte como revulsivo, ni la velocidad de Amath, pudieron devolver el golpe. Getafe los dejó hacer durante gran parte de la segunda mitad sin que Tenerife lograr avanzar más allá de los tres cuartos de cancha. Y aun cediendo el balón, limitándose a intentarlo al contragolpe, Getafe lucía mucho más peligroso. Los últimos diez minutos fueron una tortura para Tenerife, que ya había bajado los brazos, aceptando su triste destino. En Getafe, una fiesta.
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