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Jordi Blanco | ESPN Digital 7y

Barcelona B, un ascenso y dos mensajes

BARCELONA -- El Barcelona B logró este domingo el ascenso a la Segunda División A del futbol español y a la euforia inmediata por el éxito cosechado le siguió (sí, esto es el Barça) una suerte de guerra civil entre los bandos enfrentados e irreconciliables que conviven alrededor del club azulgrana. ‘La cantera del Barcelona sigue siendo la mejor’ por un lado; ‘El Barça B ha subido con 15 futbolistas fichados de otros clubs’ por el otro.

La realidad incuestionable es que el Barcelona está obligado ahora a redibujar el papel del segundo equipo y a recuperar los técnicos del club la mirada que se perdió en los últimos tiempos. Eso o, sin argumentos vacíos o ‘mentiras piadosas’, convertir al Barça B en una fábrica de futbolistas que puedan ser traspasados para financiar los fichajes, o salarios, del primer equipo .

Carles Aleñá, Sergi Palencia, Wilfrid Kaptoum o Marc Cucurella deberían alumbrar hoy como jugadores llamados a, siendo vitales en el filial, pelear por una plaza en el primer equipo. Tal como Jordi Mboula, juvenil que se marchó al Mónaco, o Lee Seung-woo, el surcoreano que no hace tantos años era considerado como el crack del futuro y que valora su salida ante las dificultades que sospecha para, incluso, ser tenido en cuenta en el segundo equipo.

De entrada, concretado el ascenso del Barcelona B se han multiplicado los nombres de jugadores externos al club que interesan para reforzar su plantilla. El brasileño Vitinho, mediapunta del Palmeiras de 19 años, estaría cercano a concretar su cesión por una temporada con opción a compra, como Miguel Olavide, centrocampista de 21 años que ya jugó en el primer equipo de Osasuna y que está en la agenda junto a Borja Iglesias, delantero del Celta B de 24 años o Marcus Wendel, mediocentro de 19 años y también brasileño del Fluminense.

Mientras el club y sus medios próximos sacaban rédito, incluso exagerado, a la victoria en Nueva York del equipo alevín sobre el Real Madrid (3-2) en la llamada Liga Promises para dar cuenta de una excelente salud en el fútbol base que ha cerrado la temporada con 14 títulos en sus distintas categorías, la política de refuerzos en el primer equipo demuestra en los últimos años un estancamiento indudable.

“Quizá es que no tienen el nivel adecuado y si no tienen el nivel, no tienen por qué subir al primer equipo. La clave es que los jugadores tengan el nivel necesario” cortó en una de sus últimas ruedas de prensa Luis Enrique para argumentar la poca confianza que tuvo con los futbolistas del Barcelona B,) con los que apenas contó en un trienio especialmente malo en ese ascensor definitivo entre el Miniestadi y el Camp Nou.

Con la llegada de Ernesto Valverde se quiere ahora poner especial énfasis en su apuesta por la cantera… Obviando que en el Athletic de Bilbao esa mirada es poco menos que obligada por el carácter del club vasco, tan diferente a un Barcelona donde la cultura de los títulos se impone por todo lo demás.

Y eso convierte este ascenso del Barça B en un arma de doble filo que obligará al club a mover ficha de manera clara. Solo el regreso, cantado y esperado, de Deulofeu ofrece una mirada agradable hacia la base pero de momento los mensajes no son demasiado optimistas para la cantera: muchas felicitaciones al grupo de Gerard López pero por encima de los suyos el plano lo ocupan desde Marco Verratti y hasta Paulinho; entre Geoffrey Kondogbia y Ousmane Dembélé; con Nelson Semedo, Yerri Mina o hasta Saúl.

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