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Saúl Ñíguez, otra estrella que dejó ir el Barcelona

BARCELONA -- Saúl Ñíguez pudo fichar por el Barcelona en el verano de 2013 pero no lo hizo. Y pudo hacerlo un año después pero no lo hizo. Hasta hubo una tercera ocasión, al tercer año, en 2015, pero tampoco se dio. Y hoy Saúl, oh casualidad, es esa perla apetitosa, poco menos que imprescindible... Y prácticamente inalcanzable.

Como Marco Asensio, como Isco o como Dembélé, Saúl es uno de esos jóvenes de los que tanto se espera en su momento y a quien la indecisión del Barça le apartó del Camp Nou cuando su nombre alumbraba como una promesa para considerarse imposible su fichaje cuando ya se convirtió en una realidad.

El 8 de julio de 2013, el Barcelona y el Atlético de Madrid hicieron oficial el traspaso de David Villa al club colchonero. La operación se cifró en 2.1 millones de euros más unos variables y, también, una opción preferencial del club azulgrana sobre Saúl Ñíguez, un prometedor ‘todocampista’ de quien existían excelentes informes en el Barça.

A Saúl, como a un tal Paco Alcácer, juvenil del Valencia, había propuesto ficharlos en edad juvenil Óscar García, entrenador hoy del Saint-Etienne y del Juvenil A del Barcelona entre 2010 y 2012 al que un colega de Madrid le habló maravillas del jugador del Atlético.

En aquel verano de 2013, cuando el agente de Villa se presentó en el Camp Nou con la propuesta del Atlético de Madrid, alguien en el Barcelona desempolvó el nombre de Saúl y propuso incluirlo en una operación que habría significado un pago de unos 10 millones para el Barça... Y aquello se entendió tan inasumible de cara a la opinión pública como arriesgado por un jugador que había participado en 11 partidos con el primer equipo colchonero sin precisamente destacar.

El Atlético cedió a Saúl al Rayo Vallecano y allí, a las órdenes de Paco Jémez, explotó en la temporada 2013-14, descubriéndose una polivalencia extraordinaria que le abrió las puertas de regreso al Atlético, donde Simeone, ante la nueva indecisión del Barcelona, ya quiso pulirlo directamente, tan convencido de su futuro que no dudó en abrir la puerta de salida un año después a Arda Turan...

ATREVIMIENTO O COMODIDAD
Curiosamente con destino al Barça y en un traspaso trascendental para entender el presente de Saúl. Porque en julio de 2015, con la bandera del Triplete a cuestas, Bartomeu ganó las elecciones por goleada, forzando a la Comisión Gestora del club a fichar a Arda Turan por 34 millones y rompiendo cualquier opción preferencial por el joven canterano del Atlético.

El Barça ni atendió a la posibilidad de negociar una nueva relación con él y Cerezo se apresuró a aumentar su cláusula hasta los 45 millones de euros, que en 2016 pasó a 80, con su renovación hasta 2021, y ya, entonces, convertirse en pieza fija para Simeone.

Saúl Ñíguez, como ocurrió antes con Isco, y como pasó con Marco Asensio o Dembélé, no fichó por el Barcelona porque no hubo ese atrevimiento con futbolistas muy preparados, internacionales en categorías inferiores y cuyo impacto se entendía casi asegurado. Ninguno de ellos aterrizó nunca en el Camp Nou.

Y como ocurrirá muy probablemente con Dani Ceballos, joven crack del Betis que también triunfa en la selección Sub 21, de quien se conoce su antigua afición por el Barça y que está muy cerca a cerrar su fichaje por el Real Madrid, que pagará esos 15 millones de euros que constan en su cláusula de rescisión y le dejará cedido una temporada en el club verdiblanco.