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BARCELONA -- Barcelona y Espanyol. Obligación contra ilusión, lógica frente a campanada. Lo de siempre. Un derbi con claro color azulgrana y con los periquitos decididos a dar un golpe que no consiguen en el Camp Nou desde febrero de 2009, cuando ganaron por última vez para, desde entonces, perder las ocho visitas posteriores. Con la presentación de Dembélé, la probable ausencia de Luis Suárez y aliciente que representa el debut del joven delantero francés, el derbi muestra todo su esplendor. Para el Espanyol es una ocasión perfecta de volver a hacer historia, para el Barça la de recuperar la tranquilidad que parece perdida en el entorno. Y también, dejar claro que el parón por las selecciones no tiene que afectar como ocurrió el año pasado, cuando el Alavés asaltó el Camp Nou y comenzó a provocarse el derrumbe del equipo de Luis Enrique. “Debemos pensar que somos capaces de ganar; sin temer ni el escenario ni al enemigo” solventó Quique Sánchez Flores, cuyo discurso casi se diría que este viernes fue más atrevido que el de Ernesto Valverde, quien avisó que un derbi “siempre es un partido diferente”, dando a entender de la dificultad que contempla en el choque. Dificultad mayor o menor, lo cierto es que el Espanyol solo fue capaz de ganar en 9 de los 83 partidos que jugó como visitante liguero en territorio Barça y que empató otros 9 para perder los 65 encuentros restantes. Desde 1982 perdió 29 partidos, empató 4 y solo venció uno, ese de 2009 definido con un doblete de Iván de la Peña que fue, a la postre, clave en la salvación de un Espanyol que rozaba el descenso. Ahora el Espanyol se sabe en su papel humilde que visita al poderoso con la esperanza de romper la lógica… Pero, también, conociendo que el ambiente alrededor del Camp Nou no es idílico y esperando a saber si su añorado Valverde contará o no con un Luis Suárez que llegó ayer mismo a Barcelona y a quien su entrenador podría dar descanso pensando en el estreno de Champions, el próximo martes, frente a la Juventus. DUDAS “Lo que cuenta es el partido contra el Espanyol” quiso certificar Valverde, explicando que no preparó el derbi pensando en la Juventus, pero es obvio que el equipo azulgrana debe tener en cuenta su puesta de largo frente al rival que le eliminó en su última aparición continental. A partir de ahí puede darse a pensar que el Barcelona reservaría a alguno de los suyos. El parón de inicio de Liga de la pasada campaña provocó un disgusto en el Camp Nou. Se presentó el Alavés contra un Barça al que Luis Enrique reservó tanto a Messi como a Luis Suárez… Y el equipo vitoriano venció por 1-2, un diez de septiembre de 2016, hace prácticamente un año y sin que ni la entrada de Leo y Suárez pudiera cambiar las cosas. Las fechas FIFA no son de grato recuerdo para el Barcelona y mezclada la visita de un rival crecido en cuanto a su intensidad como es el Espanyol provoca respeto. Tanto respeto como necesidad.
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