BARCELONA -- El FC Barcelona, un mes después de vivir al borde de un ataque de nervios tras ser derrumbado por el Real Madrid en la Supercopa, acude a Getafe invicto e inmaculado en la Liga… Y con un objetivo impensable al comenzar el campeonato: acostarse el sábado a 7 puntos del Real Madrid.
El Supercampeón de España y de Europa, el intratable equipo de Zidane ha comenzado la Liga a contrapié y al cabo de dos empates en el Bernabéu frente a Valencia y Levante se reconoce ya de buenas a primeras en una situación que va más allá de la incomodidad. Y con la Real Sociedad en el horizonte esa intranquilidad aumenta.
El equipo de Eusebio, sorprendente sublíder y con números soberbios, puede convertirse el domingo en el mejor aliado de este Barça que jugará el sábado con el objetivo de aumentar una estadística que roza la magnificencia y regalar a Ter Stegen una jornada para el recuerdo.
A la espera de conocer las decisiones en cuanto a jugadores a utilizar por un Valverde que advirtió la importancia de esta semana “con tres partidos y 9 puntos en disputa”, el Barça ha convertido las dudas en certezas. Solo le faltó al entrenador azulgrana echar mano del famoso “ni antes éramos tan malos ni ahora tan buenos”… Pero sí proclamó su preferencia por ver a la gente “ilusionada más que temiendo un abismo por haber perdido un partido”.
La palabra perder, de hecho, no entra en el razonamiento barcelonista. En 12 visitas ligueras a Getafe solo perdió dos encuentros (el último en la temporada 2011-12) y cedió un empate en 2014 rodeado de tres victorias. Sus encuentros en el Coliseo, sin embargo, siempre tendrán en el plano el 10 de mayo de 2007, en la semifinal de Copa que se saldó con un 4-0 histórico…
Y que dejó descabezado aquel gol maradoniano de Messi en el partido de ida que se había disputado en el Camp Nou para un 5-2 que parecía inabordable para el equipo madrileño que entonces dirigía Bernd Schuster. Leo no jugó aquel encuentro de vuelta en el que sí participó Iniesta, hoy capitán y cuya permanencia en el once inicial es dudosa después de haber enlazado cinco partidos consecutivos.
La alineación, de hecho, se adivina un galimatías para el Barça entendiendo que jugó entre semana frente a la Juventus y que volverá a jugar el martes frente al Eibar antes de viajar el sábado a Girona. Tras haber contado con un grupo reducido de futbolistas en los últimos encuentros, no sería nada anormal imaginar las primeras rotaciones importantes en Valverde… Aunque ahí apostar por Messi o Suárez es más, mucho más, atrevido.