<
>

Betis sorprende al Real Madrid y se lleva los tres puntos

MADRID -- El campeón no logra reconducir el camino ni con Cristiano en la cancha. El Real Madrid cayó por 0-1 ante el Betis y suma ya tres partidos en casa sin ganar. Con la derrota, el cuadro merengue se hunde hasta la séptima posición de la tabla, a siete unidades del líder, Barcelona.

Cuando mes y medio después Cristiano Ronaldo por fin hizo su aparición en la Liga, llegó a un Real Madrid que se ha olvidado de empezar por hacerse fuerte en casa para refrendar el título de Liga, aún cuando luce sus mejores galas. A Cristiano, como al resto del equipo merengue, le han movido los muebles de su lugar y no consigue hacer otra cosa más que tropezarse con todas las esquinas.

El Madrid y Cristiano lo intentaron todo, con ideas, a veces, y a lo loco, las más. Nada les salió. Se estrellaron por las prisas, las del equipo que necesita desesperadamente sacar una victoria en casa, las ganas de fijar un récord goleador y, sobre todo, las de Cristiano por recortar esa enorme ventaja de nueve goles que le saca Lionel Messi en la pelea por el Pichichi.

De débil el Betis mostró poco; de mezquino, nada. Los blanquiverdes crecían y campaban a sus anchas en la cancha a medida que el Real Madrid, de tan ansioso por marcar, perdía el norte y el control.

Fueron los de Setién los que empezaron en un plan osado y amenazante para los locales y no al contrario, a pesar del sinfín de intentos merengues o que el técnico bético se había reservado a su pieza clave, Andrés Guardado, para medirse el fin de semana a Levante, rival directo por la permanencia.

Aunque en pocas ocasiones, Sanabria y Camarasa hicieron ver su suerte a Keylor Navas, que por pura suerte, y no sin ayuda de un oportuno Dani Carvajal, que sacó un balón de la línea, se fue al descanso con la puerta intacta.

El Betis se tuvo que sobreponer rápido al susto tras una mala caída de Antonio Adán y la lesión de Víctor Camarasa, que obligó a Setién a enviar al mexicano a la cancha con anticipación, al final de la primera parte. Aún a pesar de verse forzados a reordenarse, conservaron la calma y siguieron con el plan, que no era otro que cuidarse bien las espaldas y aprovechar el mínimo error merengue para intentar hacer daño.

En las filas de Zidane pasaba lo contrario. A medida que avanzaba el reloj y se sucedían las oportunidades falladas, crecían los nervios. Esas ganas de recurrir al juego de fantasía que no siempre resulta oportuno o adecuado.

La frustración se llevó lo mejor de Cristiano. Más que cualquier otro hombre de blanco en la cancha, el ‘7’ buscaba alguna manera de hacer daño. Pero se precipitaba y erraba el tiro en cada intento, cuando no se le atravesaba Antonio Adán, que jugaba como si atendiera de nuevo en el Bernabéu, incluso se convirtió en el blanco de las cada vez más sonoras rechiflas de la grada, y todo lo paraba.

Madrid empezó a aumentar la presión, tanto en el juego como en los reclamos al árbitro; dos veces reclamó airadamente Cristiano Ronaldo ante dos encontronazos con un defensa que acabaron con el ‘7’ haciendo berrinche en el suelo, uno de ellos en el área.

Pero ni Mateu Lahoz ni el Betis se dejaron intimidar por sus dotes histriónicas o el estruendo de los reclamos en la grada, donde sí le seguían el juego a su estrella.

Y mientras Cristiano volaba un balón tras otro.

El Betis, a lo suyo, a buscar el mínimo hueco para dejar herido a Keylor. Hasta que lo logró, ya en tiempo de compensación. Cayó el gol, aunque en la portería más inesperada, la local, gracias a un enorme Sanabria que con un cabezazo aseguró tres puntos de oro para el visitante.