MADRID -- En su segunda entrega independiente después de ese experimento que fusionó el premio FIFA al Mejor Jugador del Año con el Balón de Oro durante cinco años, The Best, ha ido a parar de nuevo a las manos de Cristiano Ronaldo.
Ya son cinco, contando el FIFA World Player of the Year de 2008, cuando aún militaba en el Manchester United, los dos FIFA Balón de Oro de 2013 y 2014, y el que se adjudicara el año pasado en el estreno del ‘nuevo’ galardón. Cinco trofeos que lo convierten en el máximo ganador del trofeo de FIFA al lado de Lionel Messi, dominador absoluto de la era “dos en uno”.
Y como esta vez se ha premiado lo hecho en la campaña 2016-17 y no en el año natural, no ha habido dudas: Cristiano Ronaldo se perfilaba como amplio ganador desde el momento en que levantó ‘la Orejona’ en junio cuando el Real Madrid conquistó una histórica Champions League al vencer por 1-4 a la Juventus, convirtiéndose en el primer equipo en refrendar el título.
Cristiano, que había pasado la fase de grupos en estado latente -- registró dos goles y cuatro asistencias, su peor cosecha europea en años -- despertó en la segunda mitad de la temporada para guiar al Real Madrid al campeonato.
El luso compensó el tiempo perdido marcando diez goles en cuatro partidos. Después de contribuir con dos asistencias a la eliminatoria de octavos de final frente al Napoli, Cristiano Ronaldo fue fundamental en la eliminación del Bayern Munich.
Fue el autor de los dos tantos con que el Madrid se llevó la ida por 1-2 y se mandó un triplete para el 4-2 de la vuelta, que se decidió en tiempos extra después de que Sergio Ramos marcara en propia puerta el 1-2 para el Bayern.
Fue Ronaldo quien puso el 1-1 del empate que mantenía vivo al Real Madrid y, posteriormente, el que decidió con el 2-2 y el 2-3. El tanto de Marco Asensio, cuarto para el cuadro merengue, llegó en la recta final y casi como broche de oro.
El triplete frente al Bayern fue especial, pues con ello llegó a los cien goles en Champions League, convirtiéndose en el primer jugador en lograrlo.
Y si su contribución en cuartos resultó fundamental, resolvió prácticamente solo la semifinal frente al Atlético y no necesitó más de 90 minutos. Su segundo triplete de la campaña europea sirvió para encaminar la eliminatoria en la ida con una victoria por 3-0.
Cristiano se tomó un descanso en cuerpo presente para la vuelta y el Atlético de Madrid se llevó una inconsecuente victoria por 2-1 que no cambió su suerte. Cristiano la había decidido una semana antes.
Igual de importante resultó en la final ante la Juventus, contribuyendo con el tanto que abrió el marcador y el 1-3 a poco más de 25 minutos del final.
Cristiano se había mantenido muy activo en creación y acabó llevándose el premio al MVP de la final.
Desde entonces, ha aumentado su cuenta europea a 111 goles en Champions League, 95 de ellos con el Real Madrid.
Pocas semanas antes, el equipo merengue se había proclamado campeón de Liga con una victoria por 0-2 sobre Málaga en la que Cristiano Ronaldo contribuyó con un tanto para poner punto final a una temporada doméstica que, de otro modo, habría resultado un tanto gris para el ‘7’ merengue.
Con los 25 goles que marcó en la Liga le alcanzó para ser el máximo goleador de su equipo en el torneo (como en el resto de competiciones), pero se quedó muy lejos del ‘Pichichi’ Lionel Messi, que cerró la temporada con 37 dianas.
Pero el luso, que la campaña pasada inició un programa especial de dosificación y se perdió hasta cinco partidos por decisión técnica, marcó pocos goles “decisivos” en la campaña liguera para dar el título al cuadro merengue -- otro triplete al Atlético, esta vez en el Calderón, fue lo más memorable e importante de su contribución.
No importó. Su papel en esos cuatro partidos decisivos en Champions League, fueron suficientes para enmarcar su temporada como una de las más exitosas desde que llegó a Madrid.