BARCELONA -- José Manuel Arnáiz Díaz, conocido como Arnáiz y que protagonizó un fichaje poco aplaudido en el entorno del Barcelona, debutó este martes con el primer equipo para confirmar todos los elogios que había recibido en el filial. Descarado, atrevido, vertical y brillante, el joven delantero castellano acabó por convertirse en el gran protagonista en Murcia.
Por Arnáiz pagó el Barça 4 millones de dólares al Valladolid el 28 de agosto. Llegó para reforzar al Barcelona B en su regreso a la Segunda División, y con 22 años cumplidos, sin consideración para ser reclamado por Ernesto Valverde, su llegada fue considerada una mala noticia para los canteranos, juveniles, a los que venía a perjudicar en su ascenso en el fútbol base.
Pero el ex jugador del Valladolid no solo dio la razón a quienes defendieron su incorporación, sino que convirtiéndose en el más destacado a las órdenes de Gerard López comenzó a llamar la atención de un Valverde que recibió todos los elogios de parte del entrenador del segundo equipo.
De hecho, la llegada a Barcelona de Arnáiz sorprendió en verano tanto por ser su representante René Ramos (hermano del madridista Sergio Ramos) como por su decisión de rechazar las ofertas que recibió del fútbol italiano, donde le aseguraban un puesto en la Serie A, y de la Primera División española.
En ocho partidos de Liga con el Barcelona B ha anotado cuatro goles, ha repartido tres asistencias, se ha acostumbrado a jugar por los dos lados del ataque, sorprendiendo su facilidad en jugar con las dos piernas y ha mostrado un desparpajo que encantó en el club azulgrana...
Hasta el punto que a Valverde le convenció y, aprovechando el debut en la Copa frente a un rival menor como el Murcia, decidió darle la alternativa.
Marcó, cinco meses después, Alcácer; sobresalió Cillessen en la portería y cumplió con sobriedad Vermaelen. Pero por encima de todos, muy por encima, se destacó la figura de Arnáiz, de 22 años y empeñado en dar a entender que llegó al Barcelona como una apuesta personal y dispuesto a ganarse una plaza en el primer equipo.
O, por lo menos, decidido a mostrarse de tal manera que no sea, simplemente, un jugador del montón. Dribló, corrió, marcó un golazo y maravilló en una noche sin historia en la que se empeñó en sacar del tedio con su fenomenal actuación.
Ganó el Barcelona por 0-3 para sentenciar la eliminatoria de manera absoluta. Sumó el equipo de Valverde su victoria número 12 en 15 partidos para enlazar 13 sin perder con los goles de Alcácer rozándose el descanso, Deulofeu al comenzar la segunda mitad y Arnáiz después.
Y fue él, José Manuel Arnáiz, quien más contento abandonó La Condomina.