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BARCELONA -- Mesut Özil, colocado desde hace meses en la órbita del FC Barcelona por negarse a renovar contrato con el Arsenal, no fichará por el club azulgrana. Ni en este mercado de invierno ni, tampoco, en el verano de 2018. Sus altas pretensiones económicas habrían sido ya definitivas para su descarte, después de que entre los técnicos del club no provocase unanimidad. El futuro de Özil estaría, según publicó este jueves ‘Daily Mirror’, más cercano al Manchester United, donde José Mourinho habría presionado para hacerse con su fichaje en enero para reforzar al equipo en la segunda parte de la temporada, más con vistas a la Champions que a una Premier cuyo desenlace se da por cerrado favorable al Manchester City. El Barcelona, que no se plantearía en enero pagar más de 12 millones de dólares por el crack alemán, no entraría en ninguna puja, entendiendo, además, que con los cambios que podrían haber en el vestuario, el objetivo último del club sería rebajar la masa salarial de la plantilla. Algo que con Özil de por medio se entiende imposible. De acuerdo con medios británicos, el jugador alemán, de 29 años y que acaba contrato con el Arsenal al finalizar esta temporada, habría exigido un salario anual de 21 millones de dólares como respuesta a una oferta final de los gunners de 17 millones y que, prácticamente, sentenciaría su salida del Emirates, por más que Wenger, se afirma en Inglaterra, mantiene la esperanza de alcanzar un acuerdo. Donde no se plantea ese escenario, para nada, es en el Camp Nou. Una fuente autorizada del Barcelona solventó que el club ni se plantearía entrar a negociar el fichaje de Özil a la vista de esas cantidades, más allá de aspectos meramente deportivos, porque no entraría en los parámetros financieros de la entidad azulgrana. Además, el jugador del Arsenal, que estuvo a un paso de su fichaje en el verano de 2010, despierta reticencias tanto su edad como por su poco compromiso. Hasta el Barcelona, que no ha llegado a negociar ni a tratar directamente con sus agentes, ha llegado la noticia de sus altas exigencias económicas y se considera que un jugador que pone por encima su salario que sus ganas por jugar en el club (que por otra parte le pagará una muy buena cantidad) no merece ser tenido en consideración.
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