|
BARCELONA -- Con cinco canteranos en el once inicial y siete entre los 14 que acabó utilizando Quique Sánchez Flores, se puede entender la euforia con que los jugadores del Espanyol celebraron la victoria sobre el intocable Barça en Cornellá. Óscar Melendo, un chaval de 20 años que pertenece al club desde categoría benjamín, fue el héroe que acabó con la maldición. Y que convirtió al coqueto estadio blanquiazul en una auténtica fiesta. El Espanyol había derribado un muro que se adivinaba insalvable apenas dos horas antes. Evitar la derrota se contemplaba como un reto, como un objetivo para, por lo menos, poder viajar al Camp Nou con una mínima esperanza. Pero ganó. Ganar al Barça, para el Espanyol, se ha convertido desde hace demasiado tiempo en un desafío absoluto. Más aún, llevaba camino de ser un reto imposible. La última vez fue el 29 de enero de 2009, en plena racha triunfal del Barça de Guardiola, en un partido de Liga que el desesperado Espanyol de Pochettino, en puestos de descenso, convirtió en festival inesperado en el mismísimo Camp Nou y con doblete de Iván de la Peña, canterano de referencia del Barça antes de convertirse en ídolo del Espanyol. Desde aquel día se jugaron otros 19 derbis de los que el Barcelona venció 16 y los 3 restantes terminaron en empate. 51 goles a favor del Barça por apenas cinco marcados por el Espanyol y una diferencia entre ambos cada vez mayor, más evidente y más exagerada. De hecho, el Espanyol solo había ganado tres de los 43 partidos jugados en este siglo XXI ante el Barcelona, siendo estos últimos 19 derbis la mayor racha negativa para el equipo blanquiazul, que, además, pudo saborear su primera victoria en su nuevo estadio, donde desde abril de 2010 sumaba tres empates y 6 derrotas. La alegría blanquiazul, que por lo menos se prolongará durante una semana, fue incluso doble ya que su victoria acabó con una racha de 29 partidos invicto (http://espndeportes.espn.com/futbol/espana/nota/_/id/3889237/el-barcelona-dejo-crecer-al-espanyol-y-dejo-en-riesgo-su-trono-en-la-copa) del Barça, dominador absoluto en la Liga, feliz en la Champions y que, de sopetón, se vio enfrentado al fantasma de la derrota y abocado a una remontada necesaria para no perder el segundo título de la temporada después de la Supercopa de España. Al cabo de 20 partidos, nueve años después del legendario asalto al Camp Nou liderado por De la peña, un Espanyol contestón y enfrentado a la lógica dio un puñetazo inesperado en el derbi. No es extraña la alegría infinita del universo periquito.
|
