BARCELONA -- Ernesto Valverde cumple este viernes 54 años y lo hace en el momento más feliz de la temporada. Con el Barcelona clasificado con solvencia indiscutible para la final de la Copa del Rey y lanzado en un campeonato de Liga que domina con puño de hierro, la imagen del entrenador disfruta de un apoyo absoluto alrededor del Camp Nou, donde se repiten los elogios a su excelente trabajo.
Alejado de la controversia que provocaba Luis Enrique y lejos también de la figura intocable que que se dibujó alrededor de Guardiola, la tranquilidad que desprende Valverde ha encajado en un Barcelona necesitado de recuperar la calma en el discurso y el fútbol en el terreno de juego, más aún como respuesta a la salida de Neymar con destino a París.
Y del pesimismo con que comenzó la temporada tras el derrumbe en la Supercopa de España frente al Real Madrid se ha pasado en medio año y 36 partidos a contemplar un Barça poco menos que intocable y al que su entrenador ha dotado de una solvencia innegociable.
El equipo azulgrana llega al mes de febrero en una situación idílica, dominador de la situación de forma incontestable y bajo el mando de un entrenador que ha sabido ganarse el respeto y apoyo de un barcelonismo volcado con su metodología: la tranquilidad.