Fútbol Americano
Jordi Blanco | ESPN Digital 6y

Habrá polémica independentista en Madrid

BARCELONA -- El Barcelona llegará este sábado a Madrid para jugar la final de Copa frente al Sevilla centrado en el fútbol dentro del vestuario pero dispuesto, desde la grada, a protagonizar una nueva jornada de reivindicación política de la que el club no ha podido permanecer al margen.

Diversos colectivos de aficionados han llamado a los hinchas que acudan al Metropolitano a vestir de amarillo, el color de la protesta en Cataluña, para volver a exigir la liberación de los políticos catalanes que permanecen encarcelados en España. Y si en años anteriores ya saludaron con pitos indisimulados la presencia del Rey en el palco y la interpretación del himno español previo al encuentro, esta vez dicha situación se verá multiplicada.

El presidente del Barcelona no pudo abstraerse el miércoles de todo lo que acontece alrededor del Camp Nou, donde las presiones han sido muchas a pesar de los intentos institucionales por mantener al club lo más alejado posible de la polémica.

Los últimos meses, sin embargo, no han sido los más tranquilos en este aspecto para la entidad. Comenzando por el encuentro del primero de octubre frente a Las Palmas que terminó celebrándose a puerta cerrada, sin público, y siguiendo por las elecciones de diciembre que auparon a los partidos independentistas, la hinchada del Camp Nou no ha dejado pasar la oportunidad de dar a conocer sus reclamaciones en cada partido disputado.

Y la final en el Wanda Metropolitano se adivina la ocasión con mayor impacto mediático a pesar de los intentos por mantener el fútbol apartado de este escenario. El presidente de la Liga, Javier Tebas, llegó a insinuar su posición favorable a expulsar al club de la final si se producían pitos a la bandera, Rey e himno de España y aunque legalmente ello no tiene ningún recorrido, está confirmado que el encuentro llegará con mucha carga emocional a su alrededor.

“Nosotros lo que queremos es ganar” advirtió hace ya días Ernesto Valverde y el vestuario azulgrana, en la medida de lo posible, se mantiene apartado de todo lo que acontece en este sentido, pero el color amarillo como protesta y la presencia de centenares de banderas independentistas llenarán las gradas del estadio Metropolitano para convertir la final en una nueva batalla del independentismo catalán.

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