MADRID -- El Sevilla buscará éste sábado su sexta Copa del Rey ante Barcelona, el último rival que lo privó del título, en 2016.
Será la primera final en cualquier competición que el conjunto andaluz dispute desde entonces. Los hispalenses quieren ‘revancha’, pero también reivindicación a una tortuosa temporada.
Su presencia en la final es tan inesperada como agridulce para el sevillismo.
La irregularidad de resultados en la primera mitad de la campaña provocó el despido de Eduardo Berizzo en diciembre. Pero ha sido difícil reconducir el rumbo para los hispalenses. Tras la llegada de Vincenzo Montella, Sevilla tomó algo de aire. Enero lo vio eliminar al Cádiz de la Segunda División, Atlético de Madrid y Leganés, para llegar a la batalla final por el título de Copa sin haber sufrido una sola derrota; febrero, alcanzar su clasificación a los cuartos de final de la Champions League por primera vez en 60 años tras vencer al Manchester United.
La primavera, sin embargo, ha resultado una tortura. Bayern Munich despertó a los andaluces del sueño europeo y suman ya seis partidos de Liga sin conocer la victoria después de tres empates y tres derrotas.
Sevilla, séptimo clasificado en la Liga con 48 unidades, no aspira a otra cosa que asegurarse un boleto a Europa League, algo que causa cierta decepción en la capital andaluza después de tres años consecutivos disputando al menos la fase de grupos de Champions League.
Tras una fuerte inversión de cerca de 80 millones en fichajes para confeccionar la plantilla más cara en su historia, con un valor de mercado cercano a los 285 millones de euros, Sevilla se había postulado como uno de los favoritos para pelear por una plaza en la zona de Champions League.
Pero el equipo de ‘ensueño’, el primero a cargo de Oscar Arias, reemplazo de Ramón Rodríguez ‘Monchi’ en la dirección deportiva, no ha sabido cumplir con las expectativas.
La marcha de ‘Monchi’ a la Roma después de 17 años parecía poner fin a una etapa dorada en el Sánchez Pizjuán. El exportero ha sido fundamental en devolver algo de brillo al equipo hispalense. Lo vio volver a Primera División después de un trágico descenso en el año 2000, y conquistar, desde entonces, nueve títulos: Cinco títulos de Europa League (tres de ellas consecutivas), dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España.
Su último título copero (y quinto en su historia) data de 2010, cuando los hispalenses vencieron por 0-2 al Atlético de Madrid en el Camp Nou.
Jesús Navas, que ha regresado a casa tras su paso por el Manchester City, es el único hombre del plantel sevillista que disputó aquel partido, y no solo eso; fue el autor del segundo tanto de la noche.
En los ocho años que han pasado desde entonces, la Copa solo ha ido a parar a manos de los tres ‘grandes’. Una para el Atlético, dos para el Real Madrid y cuatro para Barcelona, el máximo ganador en la historia de la competición, con 29 títulos.