Fútbol Americano
Jordi Blanco | ESPN Digital 6y

El Espanyol despidió a Quique Sánchez Flores

El Espanyol sentenció este viernes el despido de Quique Sánchez Flores, cuya situación se sabía cuestionada desde hacía muchas semanas y se convirtió en insostenible tras la derrota frente al Eibar, y del Director Deportivo del club, Jordi Lardín, gran valedor del entrenador y que pagó la mala planificación y mediocre temporada del equipo.

Pocas horas después de que ESPN avanzase que la relación entre Quique y el Espanyol se había roto por completo y se había sentenciado su futuro, los acontecimientos se precipitaron y la directiva del club solventó acabar por la vía rápida la relación contractual.

Al entrenador madrileño, que se hizo cargo del equipo en el verano de 2016, le restaba todavía una temporada de contrato, por lo que se deberá llegar a una entente económica, no estando dispuesto Quique a perdonar un salario que se especula sería de unos 2,5 millones de euros.

“El club ha tomado esta decisión fruto del rendimiento deportivo del primer equipo y con la clara voluntad de afrontar las jornadas restantes de la presente temporada y la preparación del curso deportivo 2018-19 en las mejores condiciones” explicó el Espanyol a través de un comunicado oficial para argumentar la destitución del entrenador.

David Gallego, hasta hoy entrenador del equipo filial que se ha proclamado ya campeón en Tercera División, se hará cargo de la plantilla hasta final de temporada, dirigiendo ya al equipo el domingo en el partido frente al Girona, y consumidas estas cuatro jornadas regresará a la dirección del segundo equipo para afrontar el play-off de ascenso a 2ª División B.

Mientras, los hombres de confianza de Mister Chen, el presidente y propietario del club, trabajarán en la búsqueda de un técnico de cara a la próxima campaña. Oscar Perarnau, director general, será también de forma interina quien asuma la dirección deportiva y máximo responsable en la contratación del nuevo entrenador.

Los ejecutivos del Espanyol pretendían acabar la temporada con Quique al frente del equipo, pero ante la deriva de las últimas semanas y los sucesos que se sucedieron desde la derrota frente al Eibar, con un alejamiento evidente entre el técnico y la plantilla, que se reunió a solas en el vestuario para discutir la situación, provocaron que el propietario en primera persona solventase acabar por la vía rápida con una crisis que comenzaba a amenazar, incluso, la permanencia del equipo en la Primera División.

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