BARCELONA -- La permanencia de Ernesto Valverde como entrenador del Barcelona está cuestionada, más allá del resultado en la final de Copa, debido a las dudas que despierta entre varios directivos y ejecutivos del club. Eso es lo que publicó este sábado el diario Mundo Deportivo, horas antes del partido ante el Sevilla y que cayó como una auténtica bomba entre la expedición del equipo azulgrana.
La plantilla del Barça, con el cuerpo técnico al frente, llegó a Madrid a media mañana de este sábado y ya instalada en el hotel de concentración conoció la información del diario catalán, lo que provocó, según admitió a ESPN una persona cercana al vestuario, tanta sorpresa como desconcierto. Ya fuera por la noticia en sí misma como por la inoportunidad de su aparición, pocas horas antes de la disputa de un encuentro que puede darle al equipo el primer título oficial de la temporada.
La debacle en Roma, apunta la información, provocó entre la cúpula directiva “un enfado monumental” según se cita textualmente que no ha cesado en las últimas semanas, considerando que Valverde no supo en su momento rotar como se consideró necesario a los jugadores para afrontar el partido en Roma con los indiscutibles en plenitud de forma.
Así, en el partido frente al Leganés el entrenador dispuso una alineación con siete jugadores cuatro días después fueron titulares en la capital italiana (Ter Stegen, Semedo, Piqué, Sergi Roberto, Rakitic, Messi y Suárez) a los que se sumaron más tarde Iniesta y Alba. El derrumbe físico de todos ellos, en el 4-1 encajado en Roma fue descomunal, a ojos de los directivos.
La reacción de Valverde en Vigo, conformando un once totalmente de suplentes en la última jornada liguera previa a la disputa de la final de Copa, se consideró el reconocimiento tácito por su parte de haber errado dos semanas antes y ello aún aumentó más el enfado y desconcierto entre los directivos, varios de los que, según el diario catalán, habían trasladado al técnico la conveniencia de haber resguardado a los titulares ante el Leganés.
“Si se pierde la final de Copa ya veremos qué pasa en el banquillo” se especifica en la información de Mundo Deportivo, en palabras de una fuente directiva, que habría llegado a poner el Clásico en el escenario para dejar en el aire la continuidad de Valverde, quien mantiene otra temporada de contrato con el club azulgrana.
DISIMULO… Y ENFADO
Josep María Bartomeu evitó referirse a la información del diario y a la entrada a la comida oficial previa a la final solamente apuntó que el equipo llegaba a la final con “toda la ambición e ilusión máxima para ganar el cuarto título. La gente está ilusionada”.
El presidente, con una sonrisa, no contestó ninguna pregunta referida a la cuestión mientras el vicepresidente Jordi Cardoner intentó darle la vuelta al asunto aseverando que “hay que ser serios. Me gustaría saber si lo que era mejor hace 15 días cuando la gente nos felicitaba por tener a Valverde ahora puede ser cuestionado. La respuesta es no”.
Lejos de la cúpula directiva, entre la expedición deportiva, la noticia se encajó con una sorpresa y enfado evidentes. La inoportunidad de lo que se considera una filtración interesada se acogió de mala manera, por más que hace días circulan informaciones que apuntan a que algunos pesos pesados del vestuario han mostrado a Valverde cierto disgusto por su forma de gestionar las alineaciones y los partidos durante las últimas semanas.
De esta manera, con un ambiente absolutamente enrarecido, se presenta el Barça a la final de Copa ante el Sevilla. Y, con la sensación de una presión total sobre un entrenador al que se considera tocado pase lo que pase… Y hundido en caso de que el campeón sea derrotado en el Metropolitano.