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El uno por uno del Barça campeón

Luis Suárez festejo contra Sevilla Getty Images

Cillessen. Lanzador. De sus pies, de un desplazamiento largo impresionante a Coutinho, nació el 1-0 cuando no se había llegado al primer cuarto de hora de partido. La exhibición del Barça fue de tal calibre que fue poco menos que un espectador privilegiado, solventando sin más problemas las contadas llegadas del Sevilla.

Sergi Roberto. Concentrado. Bien colocado y rápido en la capacidad de reacción, anuló por completo a Correa, que abandonó el partido a la conclusión de la primera mitad del aplastamiento. Sandro, su sustituto, fue intercambiando de posiciones, impotente cuando quiso atreverse con él.

Piqué. Incombustible. Sin rastro de sus molestias de rodilla, disfrutó de una noche muy plácida en defensa, donde lideró con brazo de hierro cualquier intento del rival, y en la segunda mitad se fue con alegría al ataque acompañando a sus compañeros.

Umtiti. Recuperado. Firme en defensa, donde acompañó con firmeza a Piqué y dejó sin argumentos a un Muriel sobrepasado en todos los sentidos, estuvo cerca de marcar un gol ya en la segunda mitad, en una de sus pocas incursiones. Serio y solvente, se mostró muy recuperado.

Jordi Alba. Asistente. Ya suma 11 pases de gol esta temporada y el de esta noche, de tacón a Messi, fue simplemente genial para lograr el 2-0 que ya daba sensación de definitivo en la suerte del partido. Profundo e incansable, fue un martirio para la zaga sevillista por su banda, martirizando a Jesús Navas.

Busquets. Gobernador. Fue el centro de todo y provocó que el Sevilla no pudiera, nunca, aspirar a ganarle la batalla en la organización del juego. En corto y al primer toque siempre supo donde, cuando y con quien combinar con el pase adecuado. Fue sustituido por Paulinho cuando ya ganaba el Barça por 5-0.

Rakitic. Incansable. Fue, otra vez, el mejor socio de Busquets, acompañándole en la creación, conduciendo el balón lo justo para ver ahora a Coutinho, ahora a Messi y entendiendo su labor en el colectivo. No precisó ser el más brillante para ser uno de los más destacados, aburriendo a un Mudo Vázquez rendido a la evidencia.

Iniesta. Homenajeado. La que fue, muy probablemente, su última final con el Barça pasará a la historia. No solo porque pudo despedirse con gol sino, por encima de todo, porque completó un encuentro soberbio, sin duda, el mejor de la temporada y a la altura de las mejores actuaciones de su carrera. Disfrutó de un sentido y merecido homenaje al ser sustituido en los últimos instantes por Denis Suárez.

Coutinho. Magnífico. A la cuarta fue la vencida. Después de perder tres finales con Inter y Liverpool, disfrutó con el Barça de una revancha por todo lo alto. Supo leer con maestría el pase largo de Cillessen en el 1-0 que asistió a Luis Suárez y marcó, de penalti, el gol que cerraba la goleada. Entre uno y otro demostró que está llamado a ser un jugador fundamental en los próximos años del Barça, imprescindible para mantener el estilo de este equipo. Fue sustituido por Dembélé en el minuto 82.

Messi. Mayúsculo. Le costó entrar en juego, espectador durante los primeros minutos para, de pronto, convertirse en el líder silencioso pero indiscutible del campeón. Marcó un gol (el 2-0), asistió de manera magistral a Luis Suárez el 3-0 y le cedió el 4-0 a Iniesta cuando habría podido perfectamente marcarlo él. Dio la sensación de volver a los viejos tiempos, cuando era la guinda de un equipo intocable.

Suárez. Goleador. Abrió la goleada a pase de Coutinho y sentenció la final a pocos minutos del descanso, demostrando que sigue siendo un goleador infalible. Fue el primero a la hora de presionar la salida de balón del rival, convirtiendo su trabajo en una de las claves a través de las que entender la superioridad, impresionante, del Barça.

Paulinho. Acompañante. Entró por Busquets a los 76 minutos, cumpliendo con solvencia la labor encomendada.

Dembélé. Visible. Jugó los últimos 8 minutos intentando mantener la profundidad en un partido que hacía mucho tiempo había acabado.

Denis Suárez. Premiado. Valverde le dio la ocasión de entrar en el campo en la recta final por Iniesta, premiando su entrega y buenas actuaciones en los últimos partidos.

Ernesto Valverde. Reivindicativo. La jornada que comenzó con la sorprendente noticia de que su puesto podría correr peligro acabó con una auténtica lección táctica. El entrenador no quiso esperar a ver cómo se desarrollaban los primeros minutos y ordenó una salida en modo total de su equipo. Habrá que ver quién, cómo y con qué argumentos ahora le discutirá… Por más que la sombra de Roma le acompañe.