BARCELONA -- Philippe Coutinho pasó de puntillas por el Camp Nou en su estreno en un partido de la máxima. El Clásico era visto como el escenario perfecto para comprobar las dotes del brasileño y su actuación, limitada a los primeros 45 minutos, estuvo muy alejada de lo esperado.
Sustituido en el descanso por Semedo para reforzar el lateral tras la expulsión de Sergi Roberto, Coutinho fue utilizado por Valverde en la banda derecha, como apoyo para el lateral catalán, convirtiendo el carril en poco menos que una autopista de la que disfrutó Cristiano Ronaldo, aprovechando el deficiente trabajo defensivo del brasileño… Quien en facetas de creación tampoco destacó.
De hecho, la primera mitad, con igualdad de jugadores en el césped, el centro del campo azulgrana sufrió de lo lindo con Busquets multiplicándose y Rakitic triplicándose ante la calamidad que supuso el apoyo de un Coutinho que nunca tomó el protagonismo esperado.
Un par de internadas, un pase previo al de Suárez para Sergi Roberto que desembocó en el 1-0 (donde la pájara de Marcelo fue sideral) y una leve presión en dos ocasiones de salida de balón por parte de Kroos y Casemiro fueron las únicas señales que ofreció el fichaje más caro de la historia de un Barça en cuyo seno se mantiene la confianza intacta en él… Y se le espera de cara a la próxima temporada.
EL HEREDERO
“Iniesta no tiene sustituto”, sentenció Valverde, en un discurso que no se discute en el club a ningún nivel. Coutinho, sin embargo, era, y es, visto en el Camp Nou como el futbolista llamado a ocupar la plaza del hoy capitán en el césped. Y de ahí que se establezca como cierto que el papel del brasileño pase a ser protagonista indiscutible a partir de la próxima temporada.
Esa es la visión que se mantiene en el Camp Nou, donde se mantiene que la categoría de Coutinho es tan innegable como esperada su integración al juego de combinación de un Barça al que ha mostrado estar capacitado de sumarse el brasileño. Aunque, de momento, lo haya hecho en cuentagotas.