BARCELONA -- Cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario de la masacre que causó 14 muertos y 133 heridos en el centro de Barcelona, las investigaciones que mantienen abiertas los cuerpos de seguridad han concluido que el verdadero objetivo de la célula yihadista era atentar en el Camp Nou y que planearon su ataque para el 20 de agosto de 2017, con ocasión del partido de Liga entre el Barça y el Betis.
Una información del diario catalán ‘El Periódico’ desveló este miércoles que el atropello de la Rambla, que ya se sabía era un plan B, se llevó a cabo ‘a la desesperada’ después que los explosivos preparados por los terroristas detonaran de manera accidental en la casa donde preparaban su acción el 16 de agosto, un día antes de los sucesos en el centro de la ciudad.
Desde el servicio de prensa del Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña, contactado por ESPN, no se quisieron facilitar detalles respecto a la información y se descartó, “por el momento” ofrecer declaraciones del caso. Igualmente, una fuente directiva del propio FC Barcelona apeló a “la comprensión” periodística al ser interrogada por ESPN.
El club azulgrana, que de acuerdo con esta fuente “trabaja siempre en estrecha colaboración con las fuerzas de seguridad”, no sería ajeno a la alerta terrorista desde el año pasado, habiendo redoblado sus esfuerzos en los últimos meses en cuanto a la seguridad tanto del Camp Nou como de todas las instalaciones.
La investigación policial, que sigue desarrollándose, ha ido desvelando los planes del comando, que incluían un ataque a la Sagrada Familia, el templo con mayor afluencia turística de Barcelona, otro al estadio del Barça, en plena celebración de un encuentro oficial, y un tercero en una o varias discotecas y que, en caso de llevarse a cabo, habría provocado el mayor atentado terrorista en Europa. También la Torre Eiffel de París estaba entre sus objetivos para esa fecha.
Las conclusiones han trascendido después de analizar el teléfono móvil de uno de los terroristas, en el cual se descubrió varias búsquedas en Google del Camp Nou, sus aledaños, aparcamientos y accesos, además de informaciones varias referidas a los horarios, destacando la visita que llevaron a cabo dos de los yihadistas a la tienda oficial mezclados entre la multitud de turistas.
Los investigadores entendieron que la intención de la célula terrorista era “atentar de parecida forma a como lo hicieron en el estadio de Saint Denis durante un partido de la selección francesa”, la noche en que se produjo la matanza de la sala Bataclan en la capital gala dentro de una serie de atentados que costaron la vida de 137 personas y causaron heridas a otras 415.
OBJETIVOS DIVERSOS
Las pesquisas descubrieron también fotografías realizadas desde el teléfono móvil en la Torre Eiffel los días 11 y 12 de agosto, no del monumento en sí mismo sino de los accesos de los turistas, los estacionamientos de los autobuses y de su parte inferior, dándose por hecho que también se tenía planeado un ataque en la famosa torre de la capital francesa.
De la misma forma, el comando preparaba para el mismo 20 de agosto un matanza en algunas discotecas, tanto de Barcelona como de la localidad costera de Sitges, frecuentadas por público homosexual y que se sumarían a los ataques al Camp Nou y la Sagrada Familia.
Hasta el momento se desconoce si esta ola de ataques, que habría provocado la mayor tragedia terrorista en toda Europa, se iba a llevar a cabo por medio de furgonetas bomba o con chalecos explosivos, si bien se entiende que en el caso del Camp Nou esta última era la idea decidida por el imán Abdelbaki Es Satty, quien dejó escritos dos borradores de reivindicación con fecha 20 de agosto, el día del primer partido de Liga entre el Barça y el Betis.
En un vídeo grabado por los terroristas, que permanece bajo secreto de sumario, descubre sus intenciones de rellenar 3 furgonetas con 200 kilos de TATP, además de utilizar uno o varios chalecos explosivos y diversas granadas de mano.
CAMBIO BRUSCO DE PLAN
Durante la noche del 16 de agosto una casa situada en la localidad tarraconense de Alcánar (122 millas al sur de Barcelona) quedó totalmente destruida al detonar accidentalmente los explosivos con que trabajaban tres de los terroristas, dos de los cuales murieron en el suceso y que provocó que el líder del comando, Abdelbaki Es Satty, decidiera cambiar de forma urgente los planes iniciales.
De esta manera, al día siguiente, Younes Abouyaaqoub, otro de los integrantes de la célula, improvisó un ataque a la desesperada en el centro de Barcelona, entrando al volante de una furgoneta y a toda velocidad por la parte central de la Rambla, repleta de turistas, y causando 14 muertos y 133 heridos antes de conseguir escapar a pie, antes de robar un automóvil asesinando a su propietario.
Un día después, el 18 de agosto, se produjo otro ataque en Cambrils (72 millas al sur de Barcelona) en el que 5 terroristas atropellaron a varios veraneantes y causaron la muerte, acuchillada, de una mujer antes de ser abatidos por la policía.
El 21 de agosto, en la población de Subirats, la policía catalana acabó con la vida de Younes Abouyaaqoub en una operación que dio por acabada la tragedia, por más que la alerta permaneciera en el plano durante muchos meses.
Lo que se sospechaba, veladamente, y se conoció este miércoles es que el gran objetivo de los terroristas era atacar el campo del Barça, durante la celebración
del primer partido de Liga de la pasada temporada frente al Betis y al que asistieron 54.560 espectadores, en una jornada que fue especialmente controlada por las fuerzas de seguridad.