Que en un mercado veraniego se hayan invertido 75 millones de euros en Alysson y 80 en Kepa Arrizabalaga, y que Jan Oblak siga jugando en el Atlético de Madrid, es un verdadero logro de la junta directiva del equipo colchonero.
Ofertas al eslovaco no le faltaron. Es conocido por todos que el Real Madrid rondó a su entorno, pero la cláusula de rescisión de 100 millones de euros les echó para atrás. El Chelsea, por su parte, llegó a España con la firme intención de convencerle para que se mudara a Londres, pero ante la negativa del cancerbero se llevaron el maletín a Bilbao y se quedaron con Kepa, ahorrándose además 20 millones.
Oblak hizo oídos sordos a todas las propuestas que recibió porque está convencido que en pocos sitios va a estar tan bien como en el conjunto de Diego Simeone. Al equipo, con su reconocido gen ultracompetitivo, le beneficia totalmente en su estilo, con lo que sus actuaciones lucen aún más. Pero es que este año, además, el equipo se ha reforzado a conciencia para lograr cosas importantes tanto en La Liga como en la Champions. Tras cuatro años de trabajo para llegar hasta aquí, el eslovaco debió pensar que mejor quedarse en el equipo y disfrutar del buen momento que salir y que lo aprovechara otro.
Por eso, por mucho que los colchoneros hayan fichado a todo un campeón mundial como Thomas Lemar, o a una bala por la banda derecha como Gelson Martins, o incluso a un reputado goleador como Nikola Kalinic, el mejor fichaje del Cholo Simeone este año ha sido lograr la continuidad de Jan Oblak.
Quizás incluso sea más importante que la del propio Antoine Griezmann, quien desatendió una megaoferta del FC Barcelona por amor a los colores, porque de haberse marchado el francés, seguro que alguno de los mencionados nuevos fichajes hubieran hecho una gran labor cubriendo su baja. Sin embargo, de haber sido Oblak quien hubiera hecho las maletas, difícilmente podría haber encontrado Simeone un jugador de nivel parecido en el mercado.
El eslovaco se ha consagrado en los últimos años como uno de los mejores cinco arqueros del mundo, y para un Atlético de Madrid con ganas de dar el paso definitivo en la Champions League --la final de la competición se disputa en su estadio esta temporada-- no podría haber mejor noticia que saber que su portería seguirá estando bien resguardada.
Además, Oblak no es de los que descansa en sus laureles. Ha vuelto con las pilas cargadas y ya fue clave tanto en la Supercopa de Europa contra el Real Madrid como, sobre todo, ante el Valencia y el Rayo Vallecano en las dos primeras jornadas del torneo doméstico. Las paradas salvadoras del eslovaco han hecho que el equipo rojiblanco arranque la Liga con cuatro puntos y grandes sensaciones, algo que para Simeone y Germán Burgos no tiene precio.
Los jóvenes aficionados colchoneros se ilusionarán con los delanteros, con las rutilantes estrellas que marcan goles todas las semanas, o con las caras nuevas que han llegado al equipo. Pero los que de verdad saben de esto, entienden que no ha habido mejor inversión este verano que la que se ha hecho para que Jan Oblak esté contento y feliz de continuar en el equipo. Ningún fichaje dará tanto rendimiento a Simeone como lo hará el portero. Sin lugar a dudas, su mejor fichaje.