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Un Atlético de dos caras: con o sin motivación

Si algo quedó claro del partido del Atlético de Madrid en Mónaco es que Diego Simeone tiene entre manos un equipo capaz de ganar donde sea, a quien sea, y sobreponerse a cualquier situación. Sin embargo, también parece totalmente cristalina una cosa: sólo vemos al mejor Atleti cuando sus jugadores están completamente motivados.

Hasta cierto punto esto puede llegar a ser normal, pues tras ocho años escuchando el mismo discurso, hasta jugadores tan comprometidos y sólidos mentalmente como Diego Godín, Diego Costa o Koke parecen a veces levantar el pie del acelerador.

Ante el Mónaco el equipo jugó bien, a pesar de que los franceses se adelantaron en el marcador, pero sobre todo demostró que ese gen competitivo tan característico en ellos no está, ni mucho menos, perdido.

El problema, seguramente, le llegue a los colchoneros en los partidos de menos rango, en ese “partido a partido” del que siempre ha hablado el Cholo y que ahora, de repente, parece que a su equipo se le hace muy cuesta arriba.

De momento ya suma dos empates y una derrota en Liga, en la que este fin de semana se enfrentará a un Getafe que ha arrancado la competición de muy buena manera. Los de Bordalás están empatados a siete puntos con el Espanyol y el Celta de Vigo, siendo tres equipos que de acabar hoy el campeonato estarían con mejores opciones de ir a la Champions League.

Dos puntos les separan de la situación en la que se encuentra este Atlético de Madrid convertido en todo un Doctor Jeckyll y Mister Hyde, algo que tiene muy desconcertado a la afición y a la crítica.

Cuando los hombres del Cholo quieren, se convierten en un equipo imparable, peleón hasta el final, de los que da gusta ver por el empuje y el arrojo que demuestran sobre la cancha. Pero cuando no tienen el día, cuando el rival no lo amerita, se vuelven un grupo anodino que intenta resguardarse en su buena organización defensiva para sacar adelante los partidos a los puntos en lugar de querer ganar por nocaut.

Esto le puede acabar jugando una muy mala pasada, pues en la Champions League la motivación se da por descontada, pero el equipo necesita seguir compitiendo semana a semana , partido a partido, nunca mejor dicho, en la Liga para así poder sostener el ritmo tan alto que suelen imprimir a su juego cuando de verdad lo necesiten.

Por eso, seguro que el Cholo Simeone duerme mucho más tranquilo al principio de semana, antes de enfrentar la competición europea, que, hacia el final de la misma, cuando lo que se le viene encima son los partidos de la Liga.

Contra el Getafe, sin ir más lejos, tendrá una gran prueba de fuego para ver si ese mensaje racial que tan buenos resultados le ha dado al argentino en los últimos ocho años sigue calando en la mente de sus hombres.