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Atlético de Madrid recupera confianza al vencer al modesto Huesca

Atlético de Madrid necesitó menos de 45 minutos para golear 3-0 al Huesca y acercarse un poco más a su zona “natural” en la tabla, la de los tres primeros puestos.

El conjunto rojiblanco necesitaba un partido a modo, como el que disputó el miércoles ante un modesto recién ascendido, para recuperar la confianza y la regularidad en los resultados, para volver a lucir de cara al gol y tranquilizar a la afición de cara al derbi en que se jugarán gran parte de sus opciones en la Liga el próximo sábado en el Santiago Bernabéu.

Simeone probó al equipo más ofensivo y productivo que ha utilizado hasta el momento, con los dos atacantes de lujo flanqueados por Ángel Correa y Thomas Lemar. No había generado tantas jugadas claras de gol como en los primeros minutos del encuentro.

Antoine Griezmann y Diego Costa volvieron a presumir una explosiva sociedad para abrir la puerta al minuto 16. Un robo en la media acabó en una gran jugada de Correa y una muestra de gran ingenio de Costa, quien, cuando parecía que iba a disparar, cedió el balón al “7” que acompañaba desde atrás para que pusiera el 1-0.

Atlético, entrado en confianza, no soltó el balón ni el terreno. Quince minutos despué, ya había aumentado su ventaja a 2-0 con un disparo raso desde fuera del área de Thomas Partey tras la enésima posesión larga.

La cereza del pastel, con el 3-0, la puso Koke con un gol sin querer, pues, en realidad, había intentado servir un pase para Correa y fue reivindicado por el VAR, que había anulado el tanto por fuera de lugar del argentino, pero la revisión dio claridad al asunto. Correa, ni había salido adelantado ni había tocado el balón (aunque sí que se estiró todo lo que pudo en un intento por rematar).

El Atlético de Madrid se divertía de lo lindo con el Huesca hasta que al minuto 38 vino ese golpe de la fortuna que pone las cosas en perspectiva. El central José María Giménez había dejado de correr y pedía su cambio. Acabó sentado en el césped dando unos segundos más a que Lucas Hernández estuviera listo para entrar en su lugar.

El cambio había sido mera “precaución por molestias” musculares, según informó el club al medio tiempo, aunque aún faltan las pruebas médicas que descarten una lesión. De todos modos, el miedo ya se había colado a la cancha del Wanda Metropolitano.

El Atlético, que hasta ese momento iba y venía a su antojo, bajó el ritmo, se acordó de jugar con algo más de cautela, pues, súbitamente, el derbi del sábado frente al Real Madrid se veía más cercano y la defensa, en riesgo.

Los rojiblancos ya no corrían alegremente y encaraban con algo más de reserva. Si no se acomodó atrás esperando al rival, fue porque ni en esos minutos de incertidumbre el rival aprovechó para hacerse con el control. La zaga, en especial, bajó las revoluciones al mínimo, pues ya ha dado más de un dolor de cabeza al Cholo esta temporada.

Stefan Savic volvió lesionado de la jornada internacional y no ha terminado de recuperarse. El lateral diestro Juanfran Torres, quien ya se perdió partido y medio por una lesión muscular, ni siquiera entró en convocatoria, pues Simeone prefirió tenerlo fresco y sano para el Bernabéu. Su lugar fue ocupado por el jugador del filial Carlos Isaac. Dadas las circunstancias, el partido resultó ideal para foguearlo y el canterano cumplió dando una buena imagen, incluso en la recta final, cuando Huesca aprovechó que el Atlético había puesto el freno para llegar un par de veces con algo de peligro. No sirvió a los aragoneses, que se toparon con la religiosa parada oportuna de cada semana de Jan Oblak.